China aceptó implementar un programa de intercambio de emisiones, en lo que podría ser un paso crucial para los esfuerzos internacionales de lucha contra el cambio climático.
El presidente chino Xi Jinping anunció el programa poco después de reunirse con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca, el viernes.
El programa pone límites a las emisiones y establece una serie de cuotas, que las compañías pueden comprara un precio determinado, y si no las agotan, pueden vender a otras la parte que no hayan consumido.
Funcionarios de Estados Unidos dijeron que el programa entrará en vigencia para 2017 y cubrirá algunos de los sectores más contaminantes de la economía china, como el hierro y el acero, el papel, materiales de construcción, químicos y la generación de energía, pero no el transporte, uno de los sectores más cruciales.
El programa de intercambio de emisiones ayuda a legitimar un histórico acuerdo del medio ambiente que China y Estados Unidos firmaron el año pasado durante la visita del presidente Obama a Beijing, dijo Ramón Pacheco Pardo, un conferencista de relaciones internacionales del King’s College, de Londres.
“El acuerdo del año pasado fue criticado por ser demasiado vago y no cambiar la manera de hacer las cosas…solo una declaración con propósitos políticos. Pero, ahora vemos que tiene un contenido real”, dijo Pacheco a la Voz de América.
“Hasta ahora, China alegaba que los países desarrollados como Estados Unidos estaban contaminando por mucho tiempo, por tanto China y otros países en desarrollo podían hacer lo mismo. Pero, esto cambia por completo esa política”, indicó el conferencista.
Bajo el acuerdo firmado en noviembre, Estados Unidos acordó reducir sus emisiones un 26 a un 28 por ciento en los próximos 10 años. China, dijo que las emisiones de dióxido de carbono podían alcanzar su máximo en 2030.
La declaración de Xi incluye también la promesa de aportar más de $3.136 millones de dólares para ayudar a otros países en desarrollo a combatir el cambio climático. EE. UU. ha reiterado su compromiso a entregar cerca de 3.000 millones de dólares a un fondo de la ONU con un fin similar.