A solo unas semanas de las elecciones generales y presidenciales en Taiwán, el presidente Ma Ying-jeou ha anunciado que se reunirá cara a cara con el líder chino, Xi Jimping, en Singapur.
La reunión, a llevarse a cabo el sábado, será la primera entre líderes de Taiwán y China desde 1949 y las autoridades chinas predicen que será “un importante hito” en el desarrollo de las relaciones entre las dos naciones.
En Taiwán, los políticos de oposición inmediatamente expresaron su preocupación sobre las conversaciones y docenas de activistas protestaron en la capital, Taipei.
Algunos pidieron la destitución de Ma, haciendo notar que antes de ser reelegido para un segundo período, el presidente prometió no reunirse con los líderes chinos o discutir la reunificación.
China asegura que la democrática Taiwán es parte de su propio territorio y quiere reunificarse. Las dos se separaron en 1945 al terminar una guerra civil entre el Kuomintang, que huyó hacia la entonces isla de Formosa, y el Partido Comunista de China, cuando éste último se hizo con el poder en el continente.
No obstante, en Taiwán, que ha desarrollado y florecido en relativa libertad, el apoyo a la unificación con China es extremadamente bajo.
Un portavoz del presidente Ma aseguró que no se firmará ningún acuerdo privado entre los dos líderes y subrayó que las conversaciones solo buscan solidificar las relaciones entre ambas partes y “mantener el estatus quo en el Estrecho de Taiwán”.