La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA condenó el martes el aumento de ataques contra periodistas en Haití, afirmando que los trabajadores de los medios de comunicación se encuentran entre los que han sido asesinados, secuestrados y han perdido sus hogares en medio de la creciente violencia de las bandas.
Los periodistas han sufrido ataques armados en sus residencias privadas durante el mes de agosto en la capital Puerto Príncipe, al menos siete secuestros por parte de grupos criminales, y atentados contra instalaciones de medios de comunicación en otras partes del país, señalaba el reporte de la CIDH.
En el último mes, al menos 10 periodistas habrían huido de sus hogares en el barrio Carrefour-Feuilles, al suroeste de la capital, una de las zonas más afectadas que ha sido tomada en gran medida por las bandas, mientras tres periodistas han sido asesinados en lo que va de año en el país, según el informe.
La institución solicitó a las autoridades "llevar a cabo una investigación completa y efectiva de los hechos, y a incrementar sus esfuerzos para proteger a la prensa en el ejercicio de su profesión", y también resaltó la importancia del "acompañamiento proactivo de la comunidad internacional" para esta finalidad de proteger a la prensa y la población.
También lea Alarma en Haití por el asesinato de otros dos periodistas a manos de bandas armadasHace un año que el país caribeño solicitó ayuda para hacer frente a las bandas y la espiral de violencia que ha abrumado a las autoridades, alimentando una crisis humanitaria que ha obligado a más de 200.000 personas a abandonar sus hogares.
El lunes el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó finalmente una misión de seguridad extranjera en Haití, para ayudar a restablecer el orden, pero aun no está claro el tamaño de esta fuerza ni el tiempo que tardará en llegar al país.
La respuesta a la solicitud de ayuda de Haití se retrasó debido a la dificultad de encontrar un país dispuesto a dirigir una misión de asistencia en materia de seguridad, hasta que Kenia dio un paso al frente en julio con un compromiso de 1.000 policías.