Científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, tienen planes para lograr predecir lo que ningún meteorólogo ha podido hasta el momento: el clima.
La diferencia entre la cantidad de energía que la Tierra recibe del sol y la energía que irradia hacia el espacio provoca calor o frío, cualquiera de las dos.
Por ahora, nadie puede medir esa diferencia de temperatura con precisión, pero los científicos del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, tienen planes de cambiar eso a través del uso de una serie de satélites pequeños y económicos llamados “CubeSats”.
Un CubeSat no es mucho más grande que un trozo de pan, pero es la nave en órbita de una gran cantidad de sensores e instrumentos que viajan en él.
Los avances científicos en la última década han hecho posible la construcción de satélites más baratos y más ligeros, pero que todavía pueden albergar todo el equipo de una nave mucho más grande.
Bill Swartz es el científico principal del proyecto llamado RAVAN que utilizará los “CubeSats” para predecir mejor el cambio climático en la Tierra.
“Esto se usaría para medir lo que los científicos creen que es un pequeño desequilibrio entre la radiación solar que la Tierra recibe, emite y refleja y que determina el clima del futuro”, explicó Swartz.
El científico detalló que el sensor principal, llamado radiómetro, se construye a partir de uno de los materiales más negros conocidos - los nanotubos de carbono.
“Una de las cosas buenas acerca de esta tecnología es la siguiente: Es muy negro, y si estamos tratando de medir la radiación que es emitida, o reflejada desde la Tierra queremos una sustancia muy, muy negra”, dijo Swartz.
El primer satélite se situará entre 550 y 750 kilómetros sobre la Tierra, lo que le permite controlar todo el planeta.
Luego, toda una constelación de 30 a 40 “CubeSats” registrarán simultáneamente la radiación desde todos los puntos de la Tierra, de lado a lado durante el día y la noche, ayudando a responder a la pregunta que nos afecta a todo: ¿cuál es el futuro a largo plazo del clima de nuestro planeta?
Por ahora, nadie puede medir esa diferencia de temperatura con precisión, pero los científicos del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, tienen planes de cambiar eso a través del uso de una serie de satélites pequeños y económicos llamados “CubeSats”.
Un CubeSat no es mucho más grande que un trozo de pan, pero es la nave en órbita de una gran cantidad de sensores e instrumentos que viajan en él.
Los avances científicos en la última década han hecho posible la construcción de satélites más baratos y más ligeros, pero que todavía pueden albergar todo el equipo de una nave mucho más grande.
Bill Swartz es el científico principal del proyecto llamado RAVAN que utilizará los “CubeSats” para predecir mejor el cambio climático en la Tierra.
“Esto se usaría para medir lo que los científicos creen que es un pequeño desequilibrio entre la radiación solar que la Tierra recibe, emite y refleja y que determina el clima del futuro”, explicó Swartz.
El científico detalló que el sensor principal, llamado radiómetro, se construye a partir de uno de los materiales más negros conocidos - los nanotubos de carbono.
“Una de las cosas buenas acerca de esta tecnología es la siguiente: Es muy negro, y si estamos tratando de medir la radiación que es emitida, o reflejada desde la Tierra queremos una sustancia muy, muy negra”, dijo Swartz.
El primer satélite se situará entre 550 y 750 kilómetros sobre la Tierra, lo que le permite controlar todo el planeta.
Luego, toda una constelación de 30 a 40 “CubeSats” registrarán simultáneamente la radiación desde todos los puntos de la Tierra, de lado a lado durante el día y la noche, ayudando a responder a la pregunta que nos afecta a todo: ¿cuál es el futuro a largo plazo del clima de nuestro planeta?