El chef Majed quiebra huevos en una batidora y mezcla mayonesa mientras conversamos en Washington. Lanza verduras frescas a un procesador de alimentos, y sazona la mezcla. Es parte de una salsa amarilla y gruesa que usará para cubrir trozos de pollo para los pinchos o kabobos, al igual que su mamá solía hacer.
"La cocina juega un papel importante para todas las familias en Siria", me dice. "Mi madre es una excelente cocinera. Solía ayudarla y aprender de ella. No la he visto en cinco años. Desearía poder verla y probar su cocina, porque la considero la mejor”.
Majed, quien pidió a Voz de América no usar su apellido, comenzó su viaje a Estados Unidos cuando sus padres le instaron a abandonar Siria en medio de una guerra que parecía no tener fin.
Primera parada, Jordania
Encontró refugio en Jordania donde permaneció durante tres años. Pero los medios sociales le recordaron por qué huyó.
"Mi ciudad natal estaba siendo cañoneada y bombardeada. No pudimos ver o regresar a nuestra casa. Yo ... empecé a ver mi ciudad y mi casa en imágenes en Facebook y en Internet. Vi fotos de mi casa en ruinas. Me duele pensar en eso ahora”.
Mientras tanto, luchaba por encontrar un trabajo.
"La policía jordana me prohibió trabajar, y no hubo ayuda del gobierno. Yo estaba viviendo en una casa, y tuve que pagar el alquiler ".
Cuando finalmente encontró trabajo, encontró nuevos desafíos.
Tenía que mantenerlo en secreto. En un lugar secreto. En cualquier momento podría haber sido detenido por la policía, deportado de regreso a Siria o llevado a un campamento ".
Amor y matrimonio
Pero como en muchas grandes historias, el amor sucedió, y Majed se casó.
"No pude probar que estaba casado durante ocho meses ante una corte jordana", dice con una sonrisa. "Fue problemático pero cómico al mismo tiempo. Mi esposa estaba embarazada y estaba a punto de dar a luz en cualquier momento, y no estábamos casados por ley. Y en nuestros países esto es un problema muy grande".
Pero entonces su teléfono sonó, y su vida nuevamente dio otro giro. Él y su joven familia, ahora tenía dos hijas, venían Estados Unidos como refugiados.
"Estaba muy feliz", dice.
Foodhini
El Chef Majed ahora cocina para un restaurante en línea llamado Foodhini que trabaja con cocineros inmigrantes y refugiados que preparan platos tradicionales de las tierras que huyeron.
Los padres del propietario del negocio, Noobstaa Philip Vang, vinieron a Estados Unidos como refugiados después de la guerra de Vietnam.
"Yo ... simplemente echaba de menos la comida casera de mi mamá y deseaba poder ir donde la tía o la abuela del vecindario y comprar algo de su comida", dice.
Y así nació Foodhini. Es uno de los 70 negocios de alimentos que crecen en Union Kitchen en lo que se llama una "incubadora de alimentos", donde los negocios incipientes sin los medios como para tener un local completo alquilan espacio en una cocina profesional.
Y mientras la cocina, el país y el idioma son nuevos, la cocina de Majed lo trasnporta de regreso a la vieja vida que antes tuvo.
"Cualquier plato que hago me recuerda a Siria. Me recuerda mi país, mi familia, mi madre. Cada plato es un recordatorio”.
Aparentemente a mundos de distancia de la guerra en casa, Majed ahora mira optimista hacia el futuro.
"Como cualquier padre sueño en que mis hijas tengan un futuro brillante. He trabajado para darles una vida abundante en la que no necesiten nada ... ya sea escuelas, universidades o cualquier otra cosa. Cuando me dijeron que vendría a Estados Unidos, soñé como cualquier otra persona que viviría con mi esposa e hijos una vida plena. Y Dios mediante, la vida será buena y yo seré capaz de proveer”.