El corresponsal de Associated Press, Terry Anderson, quien fue rehén en Líbano durante casi siete años, ha recibido este el cariño y el respeto del gremio del periodismo tras conocerse el domingo que murió a los 76 años.
Según dijo su hija Sulome Anderson en un comunicado, el veterano periodista murió en su casa en Greenwood Lake, Nueva York, debido a complicaciones por una reciente cirugía cardíaca.
La editora ejecutiva de AP, Julie Pace, rindió un homenaje al ex marine que luchó en Vietnam. Resaltó su compromiso con sus informes, su valentía y determinación, no solo como periodista, sino como rehén.
"Estamos muy agradecidos por los sacrificios que él y su familia hicieron como resultado de su trabajo," dijo.
En 1985, Anderson fue secuestrado por Hizbulá durante una época de guerra civil en el Líbano. Fue liberado en 1991, cuando terminó la guerra civil. Después de ser liberado, conoció a su hija por primera vez, cuando tenía seis años. Tampoco pudo acompañar a su pareja durante el embarazo.
Hablando con AP, Sulome Anderson dijo de su padre: "Nunca le gustaba que lo llamaran un héroe", pero eso es lo que todo el mundo persistió en llamarlo.
También lea EEUU celebra primer día de conmemoración de rehenes estadounidenses en el exteriorA lo largo de los años, Anderson enseñó en varios programas de periodismo, incluyendo la Escuela de Periodismo de Columbia, la Escuela de Periodismo de Scripps en la Universidad de Ohio y la Universidad de Florida.
También estuvo involucrado con grupos de defensa, incluyendo el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), donde se desempeñó como presidente honorario, y el Fondo de Niños de Vietnam.
La defensa pública de Anderson fue fundamental para liberar a los periodistas de la cárcel y protegerlos contra los peores abusos, dijo el ex director ejecutivo del CPJ Joel Simon en un comunicado.
Pero lo que distinguió a Terry fueron sus intervenciones personales y a menudo privadas en nombre de periodistas tomados como rehenes en todo el mundo. Aconsejó a muchas familias que experimentaban impotencia y trauma. "Su profunda compasión las ayudó a entender que no estaban solos y reforzaron sus espíritus en los tiempos más oscuros", agregó Simon.
El Club Nacional de Prensa también rindió homenaje a Anderson, diciendo en un comunicado que nos recordó que el periodismo es un negocio peligroso, y los corresponsales extranjeros, en particular, corren un gran riesgo personal para mantener informado al público.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestros canales deYouTube, WhatsApp y al newsletter. Activa las notificaciones y síguenos en Facebook, X e Instagram.