El presidente de Colombia se negó a retirar a la fuerza pública de Toribío, zona atacada por las FARC, pese a la solicitud de los indígenas.
En medio de los abucheos de los aborígenes, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, llegó este miércoles al pueblo de Toribío, en Cauca, para realizar un Consejo de ministros y hablar sobre la seguridad de la zona, que ha sido constantemente asediada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El mandatario dijo que mantendrán a los soldados de la zona, luego de que los aborígenes del pueblo exigieran el retiro de la guerrilla y de las fuerzas de seguridad. “Nosotros también estamos cansados de la guerra, pero por ningún motivo podemos desmilitarizar un solo centímetro de nuestro territorio”, aseguró Santos.
“La población indígena pertenece a esos colombianos que nuestra fuerza pública tiene la obligación de defender, que yo tengo la obligación de defender”, agregó.
El presidente pidió a los indígenas que apoyen a la fuerza pública y anunció que llegarán más militares, adicionales a los 2.000 que ya se han desplegado en la zona de Toribío.
El portavoz de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Feliciano Valencia, se negó a dialogar con el mandatario. “Hoy no vamos a hablar con el Presidente de la República, porque no hay condiciones, pues él lo que vino a hacer es su Consejo de Ministros a puerta cerrada y lo que queríamos era un debate abierto con la comunidad”, afirmó.
Este lunes un grupo de mil indígenas subió a las montañas del pueblo intentando encarar a las FARC, aunque no las encontraron, mientras que otros 300 desmantelaron las trincheras que los soldados utilizan para defenderse de los ataques de la guerrilla. Valencia ha dicho que levantarán las trincheras de la fuerza pública y demolerán los campamentos de los guerrilleros “por la vía de hecho”.
Toribío se encuentra en el departamento del Cauca, donde viven alrededor de 115 mil indígenas. Diez muertes se produjeron la semana pasada en el pueblo producto de los bombardeos de las FARC. En la víspera de la llegada de Santos, su equipo de seguridad descubrió explosivos en el lugar donde aterrizaría su helicóptero y detonó varias bombas que habían sido colocadas en el sector.
El mandatario dijo que mantendrán a los soldados de la zona, luego de que los aborígenes del pueblo exigieran el retiro de la guerrilla y de las fuerzas de seguridad. “Nosotros también estamos cansados de la guerra, pero por ningún motivo podemos desmilitarizar un solo centímetro de nuestro territorio”, aseguró Santos.
“La población indígena pertenece a esos colombianos que nuestra fuerza pública tiene la obligación de defender, que yo tengo la obligación de defender”, agregó.
El presidente pidió a los indígenas que apoyen a la fuerza pública y anunció que llegarán más militares, adicionales a los 2.000 que ya se han desplegado en la zona de Toribío.
El portavoz de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Feliciano Valencia, se negó a dialogar con el mandatario. “Hoy no vamos a hablar con el Presidente de la República, porque no hay condiciones, pues él lo que vino a hacer es su Consejo de Ministros a puerta cerrada y lo que queríamos era un debate abierto con la comunidad”, afirmó.
Este lunes un grupo de mil indígenas subió a las montañas del pueblo intentando encarar a las FARC, aunque no las encontraron, mientras que otros 300 desmantelaron las trincheras que los soldados utilizan para defenderse de los ataques de la guerrilla. Valencia ha dicho que levantarán las trincheras de la fuerza pública y demolerán los campamentos de los guerrilleros “por la vía de hecho”.
Toribío se encuentra en el departamento del Cauca, donde viven alrededor de 115 mil indígenas. Diez muertes se produjeron la semana pasada en el pueblo producto de los bombardeos de las FARC. En la víspera de la llegada de Santos, su equipo de seguridad descubrió explosivos en el lugar donde aterrizaría su helicóptero y detonó varias bombas que habían sido colocadas en el sector.