Un muerto en ataque "terrorista" a puesto policial en Bogotá

Una guerrillera de las FARC descansa en los andes colombianos. Las autoridades investigan si los autores del ataque fueron guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) o disidentes de las FARC que pudieran no reconocer el acuerdo de paz con el gobierno.

El ataque ocurrió alrededor de las 9:00 p.m. del miércoles en el puesto de policía del humedal Torca, en las afueras de la capital.

Un auxiliar de policía murió y al menos otros siete uniformados resultaron heridos en un ataque con armas y explosivos a un puesto policial en el nororiente de Bogotá, según informaron las autoridades.

El ataque ocurrió alrededor de las 9:00 p.m. del miércoles en el puesto de policía del humedal Torca, en las afueras de la capital.

De acuerdo a testigos, dos hombres que se movilizaban en motocicleta dispararon contra el agente Andrés Rubio Domínguez, quien hacía guardia en la garita, luego arrastraron su cuerpo hasta unos barriles de contención y dejaron en su cuerpo un artefacto explosivo que se activó minutos después cuando otros policías acudieron a investigar.

El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa deploró los hechos y los calificó de “atentado terrorista”.

Las autoridades investigan si los autores del ataque fueron guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) o disidentes de las FARC que pudieran no reconocer el acuerdo de paz con el gobierno.

El miércoles el Congreso colombiano aprobó una ley de amnistía que protege a miles de guerrilleros de las FARC de ser juzgados por crímenes menores cometidos durante la guerra que se extendió durante 52 años.

La ley, parte importante del acuerdo de paz firmado el mes pasado entre el gobierno y la guerrilla, no incluye a los combatientes que cometieron crímenes de guerra o violaciones a los derechos humanos.

La ley fue aprobada tanto en el Senado como en la Cámara Baja a pesar de la vociferante oposición del partido Centro Democrático liderado por el expresidente Álvaro Uribe.

Se espera que unos 7.000 guerrilleros depongan las armas en los próximos seis meses.