El representante de la comunidad nativa colombiana Raizal, Kent Francis James, alzó su voz en La Haya para defender la posición de la nación durante la segunda jornada de alegatos por el litigio marítimo entre Colombia y Nicaragua.
La comunidad raizal es un grupo étnico afrocaribeño originario del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sus miembros hablan el criollo sanandresano, una lengua local basada en el inglés.
Una gran parte de ellos son pescadores artesanales.
James argumentó el miércoles las razones de Colombia para defenderse de las pretensiones Nicaragua, generando una expectativa entre los 15 magistrados de la Corte Internacional de Justicia que lo escucharon por 13 minutos y medio en La Haya.
“Históricamente el mar que pretende Nicaragua es colombiano”, dijo James. Además defendió los derechos ancestrales sobre las aguas del Caribe.
“Para los raizales el mar es su hogar, su refugio, su vida y su apoyo. Los raizales han trabajado en el mar como pescadores artesanales y marineros, basados en la esquina del archipiélago, y siempre han mantenido apoyo entre el continente y otras islas del Caribe”, explicó.
Sostuvo que los raizales siempre han navegado y disfrutado del producto del mar sin ninguna restricción de límites políticos, establecidos por el hombre.
El representante de las comunidades de San Andrés, Providencia y Santa Catalina dejó claro a los magistrados de la CIJ que no aceptan impedimentos para trabajar en el mar, del que por tradición han vivido.
También lea Nicaragua Vs. Colombia en disputa por delimitación territorial y marítimaEl ex magistrado de la Corte Constitucional y coagente de la defensa de Colombia, Manuel José Cepeda, señaló que “al reclamar que Colombia no puede ejercer funciones de zona contigua alrededor de las islas del archipiélago, Nicaragua está contradiciendo el derecho internacional, y todo lo anterior lleva a una simple conclusión: todas las pretensiones de Nicaragua se fundamentan en palabras y no en conductas”.
En su intervención en audiencia, Cepeda ratificó que Nicaragua no solo busca distorsionar el derecho interno de Colombia, sino negarle a Colombia derechos y libertades básicos reconocidos por el derecho internacional.
El negociador colombiano señaló que además de la preservación del medio ambiente marino, la presencia de Colombia en el Mar Caribe, especialmente en el sector suroriental, obedece a otros imperativos, como la interdicción del tráfico de drogas y otras actividades ilegales.
La delegación de Nicaragua mantiene su posición de que Colombia está incumpliendo el fallo del 2012 y que en su próxima intervención mostrará los detalles de esta acusación.
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