Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia continuarán la ofensiva contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales pese a la intención del Gobierno del presidente Gustavo Petro de buscar una paz total para poner fin al conflicto armado, dijo el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Petro, quien en agosto asumió como el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, anunció su intención de avanzar en negociaciones con grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional y dos facciones de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz de 2016.
El mandatario también ofreció un proceso de sometimiento a narcotraficantes y bandas criminales implicadas en la producción y el tráfico de cocaína, que recibirían beneficios como rebajas de penas a cambio de la delación de rutas y la entrega de la mayor parte de sus fortunas.
"La presencia y actividad de Fuerzas Militares y de Policía Nacional se ha mantenido, no ha habido ninguna disposición en sentido contrario. Presentan resultados, hay actividad permanente", dijo el ministro de Defensa en una entrevista con Reuters el fin de semana.
"Por el contrario, como lo ha afirmado el presidente, siempre en procesos de paz las Fuerzas Militares deben estar mucho más alertas y activas, porque no es que por el hecho de iniciarse un proceso de esta naturaleza se baje la guardia, se cese en el cumplimiento de sus responsabilidades constitucionales", agregó.
También lea Investigación: relación del ELN y el gobierno de Maduro es “simbiótica”Velásquez, un abogado experto en la lucha contra la corrupción y en la defensa de los derechos humanos, advirtió que a los líderes e integrantes de los grupos armados ilegales que han expresado su intención de acogerse al plan de "paz total" del Gobierno que si incumplen se les aplicará la ley.
Hasta el momento unos 10 grupos armados ilegales, incluidas las dos disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, iniciaron un cese al fuego unilateral como parte de la exploración del Gobierno para alcanzar "una paz total", reportó a finales de septiembre el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda.
La totalidad de las organizaciones que intervienen en el conflicto armado colombiano de casi seis décadas y que ha dejado unos 450.000 muertos están implicadas en el narcotráfico, según fuentes de seguridad y del Gobierno.
"No vamos a actuar con ingenuidad. No es que por afirmar organizaciones de narcotráfico que van a estar en el proceso de paz se vaya a dejar de cumplir con las necesarias acciones de represión del narcotráfico", advirtió Velásquez, de 67 años.
Sin espacios vacíos
El ministro dijo que la búsqueda de la paz no significa el fin de la oferta y la demanda de drogas. Velásquez sostuvo que, si los grupos armados ilegales acogen la oferta del Gobierno, las Fuerzas Armadas deben entrar a ocupar de inmediato los territorios donde tienen presencia para evitar que otras organizaciones aparezcan para sustituirlos.
"No se pueden dejar espacios vacíos, no se pueden dejar territorios a la suerte de una ocupación de nuevos actores que pretendan coparlos", afirmó. "Tiene que desarrollarse una presencia muy activa de las Fuerzas Militares y una acción muy fuerte de prevención y de reacción para impedir que nuevas organizaciones pudieran llegar a la explotación de este negocio".
Velásquez dijo que el Gobierno también trabaja en un plan para que los campesinos erradiquen voluntariamente las plantaciones de hoja de coca, la materia prima de la cocaína, y acepten planes de sustitución de cultivos acompañados de inversión social, carreteras, educación, salud y comunicaciones.
"No se puede dirigir (la ofensiva) contra los eslabones más débiles de la cadena de narcotráfico, sino precisamente contra los dueños del negocio", aseguró el funcionario.
Velásquez afirmó que Estados Unidos seguirá siendo el principal aliado de Colombia en la lucha contra el narcotráfico y que actualmente se analiza cómo puede contribuir Washington a aumentar la capacidad de inteligencia para identificar y capturar a los líderes del narcotráfico, además de la mejorar la capacidad de interdicción marítima, fluvial y aérea.
El ministro negó un plan para reducir el número de efectivos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional como lo temen sectores de derechistas de la oposición, pero advirtió que no se permitirá corrupción ni violación de derechos humanos.
Velásquez dijo que las Fuerzas Militares deben estar vinculadas al proceso de paz con todos los grupos armados.
El funcionario afirmó que se estudia la obsolescencia de equipos como los aviones de combate Kfir de fabricación israelí para definir posibles renovaciones que garanticen no disminuir las capacidades de las Fuerzas Militares.
El ministro aseguró que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Venezuela permitirá mejorar la seguridad a lo largo de la frontera binacional de 2.219 kilómetros que estaba bajo control de grupos delincuenciales.
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