Por motivos de organización el inicio de las conversaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla se postergó una semana.
Para el domingo 14 de octubre quedó postergada la instalación de la mesa de diálogo entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC. Aunque la fecha inicial era el 8 de octubre, razones de tipo logístico obligaron al aplazamiento.
El encuentro que se desarrollará en Oslo, Noruega, en su primera fase, tiene plazos claros por parte del presidente Juan Manuel Santos, quien dijo en Naciones Unidas que en un año irá a mostrar los resultados, aunque afirmó que su optimismo es “moderado”.
El exministro colombiano Humberto de la Calle Lombana, quien también ha sido embajador y vicepresidente, fue designado por el presidente Santos como el jefe del equipo negociador del que hacen parte dos generales retirados, uno de la Policía y otro del Ejército; un filósofo y un representante de los empresarios del país complementan el grupo.
La contraparte, las FARC, confiaron sus esfuerzos al número dos de su movimiento, Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, quien estará rodeado de otros rebeldes que al decir de los expertos, son una mezcla del ala dura y de la parte ideológica de esta guerrilla involucrada con el narcotráfico en varias regiones del país.
Por su lado, las FARC han dejado ver posiciones en las que se evidencia que la negociación será difícil y han señalado su rechazo al Marco Jurídico para la Paz, aprobado por el Congreso de la República y que sirve para sentar las bases legales de una eventual desmovilización.
El ministro consejero para el Diálogo Social, Luis Eduardo Garzón, anunció que el jueves 11 de octubre está convocando una movilización con la que se busca que el país demuestre su apoyo a las negociaciones que adelantará el Gobierno con la guerrilla de las FARC.
Así mismo, el ministro Consejero afirmó que no espera que se cambien los símbolos patrios, pero propone que para ese día la bandera se use, amarilla, azul y blanca, según él, para resaltar el significado de este último color en el imaginario de las personas.
La propuesta del dirigente de izquierda ya generó una polémica nacional, ya que al decir de los sectores en contra, los símbolos patrios no son para cambiar al antojo de un funcionario.
El encuentro que se desarrollará en Oslo, Noruega, en su primera fase, tiene plazos claros por parte del presidente Juan Manuel Santos, quien dijo en Naciones Unidas que en un año irá a mostrar los resultados, aunque afirmó que su optimismo es “moderado”.
El exministro colombiano Humberto de la Calle Lombana, quien también ha sido embajador y vicepresidente, fue designado por el presidente Santos como el jefe del equipo negociador del que hacen parte dos generales retirados, uno de la Policía y otro del Ejército; un filósofo y un representante de los empresarios del país complementan el grupo.
La contraparte, las FARC, confiaron sus esfuerzos al número dos de su movimiento, Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, quien estará rodeado de otros rebeldes que al decir de los expertos, son una mezcla del ala dura y de la parte ideológica de esta guerrilla involucrada con el narcotráfico en varias regiones del país.
Por su lado, las FARC han dejado ver posiciones en las que se evidencia que la negociación será difícil y han señalado su rechazo al Marco Jurídico para la Paz, aprobado por el Congreso de la República y que sirve para sentar las bases legales de una eventual desmovilización.
El ministro consejero para el Diálogo Social, Luis Eduardo Garzón, anunció que el jueves 11 de octubre está convocando una movilización con la que se busca que el país demuestre su apoyo a las negociaciones que adelantará el Gobierno con la guerrilla de las FARC.
Así mismo, el ministro Consejero afirmó que no espera que se cambien los símbolos patrios, pero propone que para ese día la bandera se use, amarilla, azul y blanca, según él, para resaltar el significado de este último color en el imaginario de las personas.
La propuesta del dirigente de izquierda ya generó una polémica nacional, ya que al decir de los sectores en contra, los símbolos patrios no son para cambiar al antojo de un funcionario.