El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura resalta que en 2012 no hubo focos de la enfermedad en ganado de consumo humano.
Según el reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela, en 2012, no se registraron focos de la enfermedad lo que significa un avance muy positivo en la erradicación de este virus.
Comparativamente con el 2011, este año el proceso de erradicación entregó mejores resultados toda vez que en el pasado se presentaron focos en Venezuela y Ecuador.
En el caso de Perú se registran más de siete años sin casos fiebre aftosa, más de dos en el de Colombia y más de cuatro años en el de Bolivia.
Según el coordinador subregional del proyecto FAO, Alejandro Rivera, “estamos frente a una situación que contrasta positivamente con lo ocurrido en la región entre 2009 y 2010”.
Durante ese período, se registró una de las etapas epidémicas más fuertes en la región, al presentarse en Ecuador 109 y 57 focos respectivamente.
De acuerdo con Rivera, “la reducción del número de focos evidencia que la frecuencia de la enfermedad ha dejado de ser endémica para convertirse en esporádica, lo que técnicamente se traduce en un momento propicio para avanzar en el proceso de erradicación en la región”, afirma el especialista de FAO.
La fiebre aftosa afecta severamente la producción ganadera lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria especialmente de los pequeños productores cuya subsistencia depende de manera exclusiva de la cría de ganado.
Adicionalmente, afecta el comercio internacional debido a las restricciones sanitarias impuestas para el ingreso de carne.
De estos países, Colombia es líder en exportación de ganado en pie a Corea del Sur.
En la zona Andina hay 54 millones de cabezas de ganado por lo que son miles de familias las que viven de este renglón de la economía.
En lo relacionado con la vacunación contra la fiebre aftosa, el Proyecto FAO ha apoyado a los países en el fortalecimiento de los procesos de control de calidad de la vacuna garantizando el desarrollo de los diferentes ciclos de inmunización,
La FAO advierte que a pesar de la favorable situación, esta oportunidad significa un reto para los países endémicos, pues deberán reenfocar sus programas de control y agregar nuevos componentes.
En la región Andina, se estima que la vacunación tiene un costo anual de aproximadamente $22 millones de dólares.
Según cifras de los últimos años, la cobertura de vacunación en todos los países ha exhibido porcentajes superiores al 90%, lo que demuestra el compromiso de los Servicios Veterinarios y de los ganaderos en la lucha contra la enfermedad.
La importante contribución de la ganadería a la seguridad alimentaria, no sólo de los pequeños productores sino de los consumidores en general, es uno de los principales motivos por los cuales la erradicación de la fiebre aftosa debe ser una prioridad para estos países.
Comparativamente con el 2011, este año el proceso de erradicación entregó mejores resultados toda vez que en el pasado se presentaron focos en Venezuela y Ecuador.
En el caso de Perú se registran más de siete años sin casos fiebre aftosa, más de dos en el de Colombia y más de cuatro años en el de Bolivia.
Según el coordinador subregional del proyecto FAO, Alejandro Rivera, “estamos frente a una situación que contrasta positivamente con lo ocurrido en la región entre 2009 y 2010”.
Durante ese período, se registró una de las etapas epidémicas más fuertes en la región, al presentarse en Ecuador 109 y 57 focos respectivamente.
De acuerdo con Rivera, “la reducción del número de focos evidencia que la frecuencia de la enfermedad ha dejado de ser endémica para convertirse en esporádica, lo que técnicamente se traduce en un momento propicio para avanzar en el proceso de erradicación en la región”, afirma el especialista de FAO.
La fiebre aftosa afecta severamente la producción ganadera lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria especialmente de los pequeños productores cuya subsistencia depende de manera exclusiva de la cría de ganado.
Adicionalmente, afecta el comercio internacional debido a las restricciones sanitarias impuestas para el ingreso de carne.
De estos países, Colombia es líder en exportación de ganado en pie a Corea del Sur.
En la zona Andina hay 54 millones de cabezas de ganado por lo que son miles de familias las que viven de este renglón de la economía.
En lo relacionado con la vacunación contra la fiebre aftosa, el Proyecto FAO ha apoyado a los países en el fortalecimiento de los procesos de control de calidad de la vacuna garantizando el desarrollo de los diferentes ciclos de inmunización,
La FAO advierte que a pesar de la favorable situación, esta oportunidad significa un reto para los países endémicos, pues deberán reenfocar sus programas de control y agregar nuevos componentes.
En la región Andina, se estima que la vacunación tiene un costo anual de aproximadamente $22 millones de dólares.
Según cifras de los últimos años, la cobertura de vacunación en todos los países ha exhibido porcentajes superiores al 90%, lo que demuestra el compromiso de los Servicios Veterinarios y de los ganaderos en la lucha contra la enfermedad.
La importante contribución de la ganadería a la seguridad alimentaria, no sólo de los pequeños productores sino de los consumidores en general, es uno de los principales motivos por los cuales la erradicación de la fiebre aftosa debe ser una prioridad para estos países.