A pesar de la fuerte lluvia, miles de colombianos tomaron las calles de Bogotá, desde temprano, este jueves atendiendo el llamado de un paro nacional y de protestas para expresar descontento hacia el presidente conservador Iván Duque.
Estudiantes, líderes sociales, maestros, artistas, pensionados, comunidades de minorías y trabajadores son algunos de los gremios y grupos que hicieron el llamado a esta movilización, que el país suramericano tenía tiempo sin ver.
Para las primeras horas del día y comenzando la tarde, la protesta se realizaba en mayor parte de forma pacífica y en un ambiente lleno de música y baile, con personas de todo tipo y de todas las edades.
Coloridas campartas, familias enteras, artistas locales, cánticos y camaradería fueron las características de la marcha que, por ejemplo, partió desde el Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar, en Bogotá, donde VOA Noticias estuvo presente.
Sin embargo, la jornada se vio opacada, desde tempranas horas de la mañana, pues hubo reportes de vandalismo en el TransMilenio, el transporte público de la ciudad. El transporte público se vio bloqueado, no solo por estos actos, sino por la presencia de manifestantes por estos corredores.
Al caer la tarde, la situación se agravó por enfrentamientos entre policías y los manifestantes, específicamente a las afueras de la Alcaldía y del Congreso del país, en el centro de Bogotá.
Después de que varios manifestantes, que las autoridades catalogan como 'vándalos', atacaran a piedra la fachada de la Alaldía, el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía ESMAD respondió a la multitud que se encontraba en la plaza -donde también habían jóvenes, familias, periodistas- con gases lacrimógenos.
Esto ocasionó que las fuerzas de seguridad respondieran con bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes, mientras que algunos encapuchados atacaban las instalaciones de gobierno.
En la noche, algunos manifestantes regresaron a la Plaza, pero el ESMAD dispersó la pequeña manifestación, seguido de mínimos enfrentamientos con piedra -comparado con la situación de horas más tempranas-, situación que controló la policía.
Sin embargo, medios locales registraron abusos, por parte del ESMAD, como la golpiza en la cara a una mujer que montaba en una bicicleta.
Algunos locales comerciales, ubicados en el centro de Bogotá, cerraron sus puertas el jueves aseguraron las entradas con elementos que evitaran saqueos y destrucciones, en caso de presentarse actos violentos, tras las marchas.
Sin embargo, al final de la jornada se veían calles con piedras, paredes pintadas y vidrios rotos, donde las instituciones públicas y los bancos fueron los más afectados.
Según la Alcaldía de Bogotá, en total, "68 estaciones fueron vandalizadas" y 48 personas fueron capturadas. El costo de los daños supera los 20 millones de pesos, señaló el alcalde de la ciudad Enrique Peñaloza.
Situaciones similares sucedieron en el interior del país, ocasionando que Maurice Armitage, alcalde de Cali, decretara toque de queda en la ciudad a partir de las 7:00 p.m y hasta las 6:00 a.m. de este 22 de noviembre.
En el exterior, la diáspora también decidió salir. Fue el caso de la que se encuentra concentrada en Nueva York, Estados Unidos. Un grupo decidió concentrarse en la icónica Times Square con carteles como "no más muertes de líderes sociales en Colombia" o "Es un estado narcoparamiltar".
Incluso algunas mujeres, a pesar de las bajas temperaturas, decidieron exponer sus pechos para colocar mensajes como: "mi gobierno bombardea niños".
¿Por qué la protesta?
Los ciudadanos salen a manifestarse por múltiples razones. Entre las principales se encuentra el que los trabajadores llaman "el paquetazo de Duque", refiriéndose a una reforma laboral y pensional que formuló el Ministerio de Trabajo; así mismo, las comunidades indígenas dieron respuesta al asesinato de muchos de sus miembros.
Los maestros marchan por la seguridad y la protección de sus derechos humanos; los estudiante piden garantías y mejor condiciones a un acuerdo que se llegó con el gobierno el años pasado. Los líderes sociales, por su parte, se quejan de las amenazas de muerte contra sus vida.
El senador Gustavo Petro, excandidato presidencial, exalcalde de Bogotá y uno de los principales opositores del gobierno del presidente Iván Duque, acompañó la movilización.
En declaraciones para la Voz de América, Petro aseguró que los objetivos del paro y de la protesta se lo lograron y calificó la convocatoria como un éxito.
“Esto es una demostración de una ciudadanía que ha perdido el miedo, que es el requisito básico para construir democracia y paz. Y de un poder que se ha llenado de miedo, que es el requisito básico para construir un fascismo”, indicó.
Aseguró que cada sector y gremio tiene sus razones para protestar, pero que considera que “el anhelo que anima a esta población en general salir a la calle es un deseo de paz ante un gobierno que quiere hacer trizas esa ilusión”.
Por su parte, Carlos Olivos, vocero de la asociación nacional de enfermeros de Colombia, afirmó a la Voz de América que esta protesta es por garantías y mejores condiciones laborales.
“Enfermería particularmente está en contra de la reforma pensional, de la reforma laboral, que este gobierno está intentado implementar. Enfermería no tiene buenas condiciones laborales, no es reconocida dentro de los gremios”, indicó Olivos.
Sergio Marín, representante del partido FARC, también aseguró a la VOA que la manifestación busca la “paz democrática con justicia social”. “No es una marcha partidista y eso le da un valor muy especial. Potencia este gran esfuerzo de amplios sectores del pueblo colombiano por consolidar una paz democrática con justicia social”.
El sector petrolero también hizo acto de presencia. César Carillo, miembro de la asociación de pensionados petrolero, explicó que decidieron unirse al llamado para expresar su descontento “contra toda la política del gobierno de Duque”, especialmente en contra de la reforma pensión y laboral.
“Yo creo que el gobierno tendrá que analizar esta gran movilización social para modificar su política”, afirmó Carillo.
Atención del gobierno
La convocatoria del paro ha tenido especial atención de parte del gobierno, que teme que la jornada de protesta termine en disturbios como los ocurridos en otros países de la región.
A través de un comunicado publicado en la mañana, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, afirmó que “es muy importante que los ciudadanos tengan la tranquilidad de que las autoridades están en la capacidad de garantizar la seguridad de quienes van a marchar y protestar, pero también de garantizar los derechos de las personas ajenas a las protestas”.
En horas de la tarde, el presidente Duque tuiteó que se encontraba reunido con la policía y varios ministros, entre ellos la de interior y el de defensa, haciendo "seguimiento a la jornada de marchas en el país. Trabajamos por las garantías y protección de todos los colombianos", indicó.
"Hoy hablaron los colombianos los estamos escuchando"
A última hora de la noche y en medio de un toque de queda para Cali y otras poblaciones cercanas a Bogotá, el presidente Iván Duque dio un discurso, en el cual condenó los actos de vandalismo acaecido después de las protestas en Medellín, Manizales y Santa Marta.
Recalcó que Colombia es un país donde la ciudadanía tiene derecho a manifestarse, siempre y cuando lo haga ejerciendo la voluntad individual sin vulnerar los derechos de los demás.
"Los hechos sucedidos con posterioridad a la marcha son vandalismo puro y no obedecen a la voluntad popular". Expresó el mandatario quién después agregó que "No permitiremos saqueos, ni atentados contra la propiedad privada y vamos a aplicarles todo el peso de la ley". Puntualizó
Duque también reconoció el trabajo conjunto de las autoridades para garantizar el orden púbico y la de los ciudadano que se manifestaron de forma pacífica.
Tras las llamativas protestas en contra del gobierno nacional, el mandatario señaló: "Hoy hablaron los colombianos los estamos escuchando, el diálogo social ha sido la bandera social de este gobierno".
La jornada terminó con protestas pacíficas, en diferentes sectores de Bogotá, a través de cacerolazos que, según los manifestantes, se desarrollaron para demostrar que los colombianos pueden alzar su voz, sin necesidad de acudir a la violencia.
Esta reacción de los ciudadanos es un hecho sin precedentes.
Colaboración: Luisana Solano