En Fotos | Comedores sociales en Venezuela, trabajo en equipo para sembrar valores y combatir la desnutrición

El comedor El Carmen de Alimenta la Solidaridad, una organización no gubernamental que nació en medio de la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela, está ubicado en la vicaría El Carmen, en la parte baja de La Vega, una zona popular del oeste de Caracas.

Las madres colaboradoras llevan un registro de los beneficiarios que diariamente asisten al comedor. Las normas establecen que los padres deben informar si un niño no asistirá y si falta una semana sin justificación, se pierde el cupo y pasa a lista de espera. 

“Alimentar la solidaridad no es un crimen”, se lee en un cartel dentro del comedor. Amelia Flores, madre encargada, cuenta que cuando inició ese comedor, hubo actos de hostilidad por parte de vecinas involucradas con el gobierno. Ahora, algunas de ellas, son colaboradoras en el recinto. 

En la cocina cada madre, padre o abuela tiene una tarea definida que empiezan muy temprano para garantizar que, a mediodía, todo esté listo para servir almuerzo a los cien beneficiarios de ese comedor.

Cocinar para grupos numerosos requiere organización. Muchos padres llegan sin conocimientos, pero la madre encargada del comedor y, en general, el equipo de Alimenta la Solidaridad, se encarga de adiestrarlos y darles otras herramientas para formarlos.

Cada plato debe garantizar el 40 % de la carga kilo calórica diaria. Siempre incluyen carbohidrato, grasas y proteína, grupo de alimentos al que mayor dificultad de acceso tienen los sectores más vulnerables del país.

Según el más reciente reporte de la consultora Poder y Estrategia, el 23 % de la población venezolana vive con menos de 100 dólares. Para adquirir la canasta alimentaria familiar en abril se necesitaban al menos 500 dólares. El contexto lleva a los más vulnerables a solicitar asistencia. 

Salvo algunas excepciones, para garantizar la nutrición de los niños, los alimentos deben ser consumidos dentro del comedor. 

Un grupo de niños almuerza puntualmente en el comedor. En varios casos, es el único plato fuerte que consumen en el día. 

Las fallas en el servicio de agua en Venezuela son permanentes, sin embargo, en el comedor El Carmen han tenido un suministro relativamente estable. El donativo de un equipo que permite filtrar el agua les permite procesar los alimentos de manera segura.

Las bombonas de gas son indispensables para cocinar. En el comedor El Carmen actualmente no tienen mayores inconvenientes para llenarlas, pero ante las fallas en el suministro, en muchos casos en los comedores se ven obligados a cocinar con leña.

Un grupo de niños recibe clases en el comedor. La crisis en el sistema educativo es otro frente que también buscan cubrir para tener un impacto positivo en la comunidad. 

En los comedores de la ONG Alimenta la Solidaridad, en zonas vulnerables de Venezuela, registran un incremento de personas que requieren el apoyo para garantizar al menos un plato de comida al día.