Los Ángeles no es solo la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, sino la más contaminada del país.
Los puertos de Los Ángeles y Long Beach generan mucha de esa contaminación, pero las autoridades están tratando de mejorar la calidad del aire.
“Muchos de los puertos chinos, coreanos y japoneses están haciendo lo mismo que nosotros porque el problema es universal. Tenemos áreas densamente pobladas donde hay complejos industriales portuarios y a medida que esas poblaciones crecen y el estándar de vida mejora la gente consume más. Se tienen más productos importados y exportados y eso crea un problema de calidad de aire”, dice Christopher Patton, funcionario del puerto de Los Ángeles.
Por su parte, Heather Tomley, del puerto de Long Beach, dice que los barcos oceánicos son los peores: “Son responsables de más de un 50% de las emisiones que vemos en los puertos y son nuestro mayor problema”.
Una de las medidas adoptadas por California es requerir a los barcos usar combustible de bajo contenido sulfúrico cuando están a 44 kilómetros de tierra firme.
Un reciente estudio de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera reveló que usar este tipo de combustible reduce las emisiones dañinas hasta en un 90%, pero el piloto Mark Coynes, del Servicio de Pilotos Jacobsen, dice que muchos barcos no están diseñados para los combustibles más limpios.
“No solo puede potencialmente dañar el motor, sino que puede causar problemas de funcionamiento”, indica Coynes.
California es el único estado con este requerimiento en Estados Unidos. Pero los motores de los barcos tendrán que ser adaptados. A partir de 2012, la Organización Marítima Internacional, IMO, ha ordenado que todos los barcos que estén hasta 370 kilómetros de EE.UU. deberán usar combustible diesel limpio, una regulación que ya es estándar en el Mar Báltico y en el Mar del Norte.
Tradicionalmente, una vez que los barcos atracan en el puerto deben usar diesel para su funcionamiento. Bajo la ley de California, los puertos más visitados del estado deben proveer energía para ciertos tipos de barcos, de modo que pueden conectarse a la red eléctrica y reducir emisiones.
Los puertos estadounidenses también están tratando de reducir emisiones en el manejo de la carga y en los vehículos que utilizan. Algunos camiones ahora tienen motores de diesel, otros usan gas natural licuado o comprimido.
“Yo he sido capataz y estibador por 31 años y sé que en los últimos 15 años he sentido que mi sistema respiratorio funciona considerablemente diferente, la manera como respiro, y cuánto aire puedo aspirar o expulsar”, declaró Peter Torres, dueño de UTR PLUS, compañía que vende camiones impulsados por gas propano.
En los próximos años, los puertos de Los Ángeles y Long Beach esperan también tener vehículos eléctricos para operar en sus instalaciones y alrededores.