El candidato a vicepresidente por el Partido Demócrata, Tim Kaine, realizó un extraordinario papel durante la Convención Nacional Demócrata, a pesar de que le tocó aceptar la nominación en un discurso que siguió al del vicepresidente Joe Biden y que precedió al del presidente Barack Obama.
El senador por Virginia demostró que lo que aprendió como misionero católico en Honduras no se le ha olvidado: habló en español de lo que es estar “listo”.
Kaine animó a la audiencia no solo hablando sobre su próxima jefe, Hillary Clinton (para quien fue en realidad la explicación sobre la palabra “listo” —“Hillary está lista”) sino también al hacer notar que una de las palabras preferidas de Trump es “créanme”.
“Voy a construir un gran muro y voy a hacer que los mexicanos lo paguen, créanme”, dijo Kaine arremedando a Trump. “Yo he pagado mis impuestos, créanme”, añadió.
“¿Realmente le creen?”, preguntó a la audiencia que a coro contestó “¡No!”.
“Ni una sola palabra”, les ayudó.
A pesar del escepticismo sobre sus credenciales poco liberales, no hubo abucheos por parte de los seguidores de Bernie Sanders, que hubieran preferido en la vicepresidencia a alguien más cercano a sus ideas, como la senadora Elizabeth Warren.
De hecho, hasta el presidente Barack Obama en su discurso, elogió la decisión de Hillary de llevar a Kaine como su compañero de fórmula.
“Y por cierto, en caso de que duden de su buen juicio, vean a quien escogió como compañero de fórmula. Tim Kaine es un buen hombre, tan humilde como comprometido servidor público. Él será un gran vicepresidente y hará a Hillary Clinton una mejor presidenta”, dijo Obama.
Quienes sí se equivocaron con él fueron los republicanos de Carolina del Norte, que tratando de descalificarlo, dijeron el jueves que Kaine había llevado en la solapa de su traje una bandera de Honduras.
Resulta que lo llevaba es un pin, símbolo de las familias que tienen un militar en el extranjero. El hijo de Kaine es un infante de marina, actualmente destacado en Europa.