El Real Madrid rompió el maleficio y le ganó con justicia e inteligencia al invencible Barcelona la final de la Copa del Rey.
Los blancos no saboreaban este trofeo desde 1993, pero tampoco habían podido ganarle al equipo culé en los últimos cuatro años, lo que le dio más significado a esta victoria.
Es la primera derrota ante los merengues del técnico catalán Pep Guardiola desde que asumió el liderazgo de los azulgrana. También es la primera vez que enfrentaba a los blancos en una final.
El Madrid tuvo un primer tiempo inteligente jugando en bloque, defendiendo su meta con seis y hasta ocho jugadores y atancando de forma veloz con Ronaldo en punta.
El Barcelona se vio incómodo en el traslado de la pelota y no generó llegadas de peligro en los primeros 45 minutos.
Los blancos por su parte tuvieron al menos tres llegadas de gol además de un testarazo de Pepe sobre el final del primer tiempo que golpeó el poste derecho del meta catalán, pero que se negó a traspasar la línea de gol.
En el segundo tiempo el Barcelona volvió a ser el mismo que hemos visto en toda la temporada.
Recuperó la posesión del balón, generó peligro al frente y rompió el buen orden que mostró el Madrid en la primera mitad. Pero Kasillas, el mejor jugador del segundo tiempo, apareció cuando más se le necesitaba para evitar la caida de su equipo.
Salvó tres pelotas que llevaban dirección de gol y que para cualquier otro meta hubiesen sido imposibles de detener.
Sin embargo, el equipo de la capital resurgió nuevamente al final del segundo tiempo y también pudo marcar, pero Pinto, quien jugó el partido en lugar de Valdés, también reaccionó con personalidad para evitar el gol.
Así terminó el partido en sus noventas minutos. En los siguientes 30 llegó una excelente jugada que inició Marcelo, continuó Di María y finalizó de cabeza Ronaldo. Suspendido en el aire disparó al palo contrario de Pinto que no logró reaccionar y vio cómo el portugués le arrebataba la posibilidad de ser campeones.
Los siguientes diez minutos fueron de trámite. Messi cansado dejó de correr por el balón. Xavi no conseguía ordenar a sus jugadores y Pedro era el único que corría en busca del milagro.
Un milagro que no llegó y el Real Madrid fue el encargado de levantar la Copa del Rey.