Corea del Norte acusó el viernes a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y a los servicios de inteligencia de Seúl de un fallido plan para asesinar a su líder Kim Jong Un con una bomba bioquímica durante un desfile militar en Pyongyang.
Corea del Norte ya ha acusado a Estados Unidos y a Corea del Sur en otras ocasiones de planear ataques militares preventivos y apuntar a sus líderes, pero analistas dijeron que podría ser la primera vez que acusa a aliados de un intento de asesinato.
Pyongyang presentó extensos detalles pero no ofreció pruebas concretas para respaldar sus acusaciones sobre el complot, que afirmó nunca hubiera tenido éxito.
La CIA y la Casa Blanca declinaron hacer comentarios sobre el comunicado del Ministerio de Seguridad Estatal de Corea del Norte, que acusó a la CIA y al Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur de sobornar a una persona norcoreana de apuntar al "liderazgo supremo" del país.
El señalamiento se da en un momento de alta tensión debido a preocupaciones de que Corea del Norte realice una sexta prueba nuclear o más lanzamientos de misiles desafiando resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El comunicado norcoreano, divulgado por la oficial Agencia Central de Noticias de Corea, que usualmente publica acusaciones y amenazas contra Estados Unidos y Corea del Sur, dijo que las agencias extranjeras de inteligencia "infiltraron" Corea del Norte "para cometer terrorismo auspiciado por el estado".
Añadió que habían "corrompido ideológicamente" y sobornaron a un hombre de apellido Kim, el apellido más común en el país, y lo convirtieron en "un terrorista lleno de repugnancia y venganza contra el liderazgo supremo".
"Le dijeron que el asesinato era usando sustancias bioquímicas, incluyendo sustancias radioactivas y nano-venenosas, es el mejor método que no requiere acceso al blanco, sus resultados letales aparecerán tras seis o 12 meses", dice el comunicado.
Finalmente agregó que Kim recibió dos pagos de 20.000 dólares y un "equipo de transmisión satelital".