La Casa Blanca calificó de "retórica inútil" la amenaza del líder norcoreano Pyongyang de una "guerra termonuclear" en la península coreana y sus intenciones de destruir EE.UU.
Washington dijo que las provocaciones de Corea del Norte y sus amenazas de iniciar una “guerra termonuclear” no son más que una “retórica inútil”.
El portavoz del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respondió así a los llamados que ha realizado en las últimas horas el gobierno norcoreano a los extranjeros de Corea del Sur para que abandonen el país antes de que inicie un hipotético conflicto entre ambas naciones y EE.UU.
Se trata de una "retórica inútil que no hará más que aumentar las tensiones", dijo este martes Jay Carney, en su rueda de prensa diaria desde la Casa Blanca.
Las autoridades norcoreanas advirtieron a los extranjeros a que evacúen Corea del Sur para no ser “arrastrados a una guerra despiadada y sagrada” contra Estados Unidos y el Sur.
Se trata de la más reciente amenaza en una atmósfera de guerra que se viene gestando desde hace varias semanas en la península coreana, en la cual ni Pyongyang ha dado muestras de estar preparando su ejército, ni los extranjeros en Seúl parecen ansiosos por salir de Corea del Sur.
La advertencia norcoreana, leída en la televisión estatal incluso interrumpiendo la programación normal, no tuvo las consecuencias esperadas en Seúl. Las embajadas extranjeras en la capital surcoreana no han emitido ninguna alerta especial ni las aerolíneas han reportado cambios en sus horarios de salida. Las escuelas a las que asisten los niños extranjeros tampoco han interrumpido sus labores.
Tampoco en el parque industrial de Kaesong, operado de forma conjunta con Corea del Sur, hubo cierres, a pesar de que Corea del Norte dijo haber ordenado a sus obreros –unos 50.000 en total—a no presentarse a trabajar.
De cerrarse, la producción del complejo no afectará mayormente a la economía de Corea del Sur, la cuarta más grande de Asia. Para Corea del Norte, sin embargo, es una de las pocas fuentes de dinero duro y empleo, por lo que sí tendría repersuciones.
El portavoz del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respondió así a los llamados que ha realizado en las últimas horas el gobierno norcoreano a los extranjeros de Corea del Sur para que abandonen el país antes de que inicie un hipotético conflicto entre ambas naciones y EE.UU.
Se trata de una "retórica inútil que no hará más que aumentar las tensiones", dijo este martes Jay Carney, en su rueda de prensa diaria desde la Casa Blanca.
Las autoridades norcoreanas advirtieron a los extranjeros a que evacúen Corea del Sur para no ser “arrastrados a una guerra despiadada y sagrada” contra Estados Unidos y el Sur.
Se trata de la más reciente amenaza en una atmósfera de guerra que se viene gestando desde hace varias semanas en la península coreana, en la cual ni Pyongyang ha dado muestras de estar preparando su ejército, ni los extranjeros en Seúl parecen ansiosos por salir de Corea del Sur.
La advertencia norcoreana, leída en la televisión estatal incluso interrumpiendo la programación normal, no tuvo las consecuencias esperadas en Seúl. Las embajadas extranjeras en la capital surcoreana no han emitido ninguna alerta especial ni las aerolíneas han reportado cambios en sus horarios de salida. Las escuelas a las que asisten los niños extranjeros tampoco han interrumpido sus labores.
Tampoco en el parque industrial de Kaesong, operado de forma conjunta con Corea del Sur, hubo cierres, a pesar de que Corea del Norte dijo haber ordenado a sus obreros –unos 50.000 en total—a no presentarse a trabajar.
De cerrarse, la producción del complejo no afectará mayormente a la economía de Corea del Sur, la cuarta más grande de Asia. Para Corea del Norte, sin embargo, es una de las pocas fuentes de dinero duro y empleo, por lo que sí tendría repersuciones.