Para muchos inmigrantes, en Los Ángeles, dedicarse al comercio callejero les provee su única fuente de trabajo e ingresos, sin embargo, la crisis económica creada por el COVID-19 está poniendo en peligro su sustento.
"El negocio ha estado muy bajo, en 40 o 50 por ciento se han bajado las ventas”, explicó a Voz de América Juan José Ortiz, vendedor ambulante.
De acuerdo con estadísticas de la ciudad hay alrededor de 50 mil comerciantes ambulantes trabajando en las calles de Los Ángeles, en su mayoría son inmigrantes que no pueden trabajar legalmente o no tienen los recursos para abrir una tienda fija en la ciudad.
Ángel Rodríguez, un microempresario explicó que el impacto ha sido devastador, “un noventa por ciento ha bajado aquí el negocio. Esto no es una situación de decir cuánto tiempo vas a aguantar, es que ya estamos aguantando, no sé cuánto más podré…Un mes, 20 días”.
Los microempresarios forman una parte importante de la economía local y según cifras oficiales el comercio ambulante en Los Ángeles genera más de 500 millones de dólares anuales, pero es casi seguro que ese no sea el caso en el 2020 por culpa del coronavirus.
Todos los entrevistados coinciden en que les preocupan las pérdidas y cómo llevarán el pan a la mesa.
Esta semana el alcalde de la ciudad Eric Garcetti dijo que tomarían medidas para ayudar a las pequeñas empresas frente a la crisis económica que genere la pandemia. Explicó estar trabajando en un fondo para ofrecer préstamos a pequeñas empresas. Aunque no se ha mencionado nada de los vendedores informales.