Los dos principales miembros del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado de Estados Unidos están proponiendo crear una comisión de 12 miembros de ciudadanos privados con amplia autoridad para investigar los orígenes del coronavirus y la respuesta del Gobierno.
El esfuerzo bipartidista tiene lugar después de dos años de una pandemia que fue virtualmente politizada en todos sus aspectos, a menudo en detrimento de los esfuerzos para controlarla y tratar a las víctimas.
Los dos legisladores, la demócrata Patty Murray, presidenta del comité, y el republicano Richard Burr, han concebido la iniciativa en base a la comisión que fue creada para investigar los orígenes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la cual a sido elogiada por su trabajo.
La propuesta forma parte de un proyecto conocido como la Ley PREVENIR pandemias”, que contempla también expandir la capacidad de las agencias de salud pública para responder a brotes de enfermedades, expandir las investigaciones y el desarrollo, y fortalecer la cadena de suministros de productos médicos.
Grupo de trabajo nacional
El panel propuesto llevaría el nombre de “Grupo de trabajo nacional sobre la respuesta de Estados Unidos a la pandemia del COVID-19” y tendría la autoridad de emitir citaciones para recabar testimonios y de obtener registros necesarios para la investigación.
Hasta ahora, la discusión sobre los orígenes de la pandemia y la respuesta federal han sido muy politizados. En los primeros días de la pandemia, en entonces presidente Donald Trump hizo esfuerzos por minimizar la gravedad de la crisis, una actitud que siguieron muchos de sus partidarios.
Esto contribuyó a crear una división sobre cómo los republicanos y los demócratas en todo el país percibían la respuesta federal a la pandemia.
A medida que las muertes por COVID-19 aumentaban a decenas de miles, Trump comenzó a culpar a China, donde se identificó el virus por primera vez, por la crisis sanitaria global. Los argumentos sobre el grado de responsabilidad de China también adquirieron un fuerte tono partidista.
Muchos republicanos en el Congreso apoyaron la teoría de que el virus escapó de un laboratorio en China, una teoría respaldada por la existencia de un centro de investigaciones de enfermedades infecciosas cerca de la ciudad de Wuhan, donde fueron detectados los primeros casos.
Los demócratas en general se han inclinado más a la tesis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el virus migró a los humanos por un contacto directo con animales salvajes, probablemente murciélagos, que ya estaban infectados con una versión del virus.
También lea OMS: Nueva variante ómicron es similar en severidad a la originalLa OMS, sin embargo, ha expresado señales mixtas sobre el origen del virus, descartando incluso la improbabilidad de una filtración de laboratorio. También su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que China se negó a compartir datos de los primeros casos de COVID-19, dificultando todo análisis profundo de los investigadores de la entidad.
El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y principal asesor médico del presidente Joe Biden, fue cuestionado repetidamente en audiencias del Congreso e incluso acusado de retener información sobre investigaciones en el Instituto de Virología de Wuhan parcialmente financiados por EE. UU.
Fauci ha respaldado públicamente todas las propuestas para iniciar una investigación sobre los orígenes del virus.
Esperanzas de una investigación equilibrada
En las primeras etapas de la pandemia, los republicanos percibían con recelo la idea de una comisión investigadora, temerosos de que los resultados pudieran usarse contra la administración Trump.
Kristin Urquiza, cofundadora de un grupo activista de familias afectadas por la pandemia llamado Marked by COVID (Marcados por el COVID), dijo a la Voz de América que ahora es menos probable que las conclusiones de un comité sean tan politizadas, porque ambos partidos han tenido sus éxitos y fracasos en la pandemia.
“En el principio temíamos que una comisión se convirtiera en una cacería de brujas para China o para Trump. Después de un año, la administración Biden tiene también un récord y eso ha abierto el campo para que surjan elogios y críticas por lo que ha sucedido”, añadió.
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