Las corridas de toros, en peligro de extinción en España

Corredores y toros llegan a la plaza de toros durante el octavo y último encierro de las fiestas de San Fermín en Pamplona, en el norte de España, el domingo 14 de julio de 2019.

Es una de las actividades más emblemáticas de la cultura española. Pero la pandemia del coronavirus y los cambios de gustos de las nuevas generaciones, más encariñados con los animales que con la lidia, ponen ahora en peligro a este sangriento espectáculo que algunos españoles y personas de alrededor del mundo llevan en el alma.

Con una mascarilla cubriendo su tosca apariencia, Cayetano Rivera posó como parte de una protesta de toreros españoles que creen que la fiesta nacional está bajo amenaza.

“No censuren la cultura”, leía el mensaje en la mascarilla usada por Rivera, uno de los matadores más famosos del país, que aparece con tanta frecuencia en las portadas de las revistas como en en el ruedo.

Desde que el COVID-19 provocó el confinamiento del país, las plazas de toros españolas han estado desiertas, silenciando así una controvertida parte de la vida cultural nacional.

Las famosas fiestas de San Fermín, en Pamplona, que atraen a decenas de miles de turistas de todas partes del mundo cada mes de julio, fue una de los primeras fechas del calendario taurino canceladas.

Resistiendo

Enojados por la falta de ayuda financiera del Estado mientras las pérdidas alcanzan los millones de dólares, los toreros decidieron lanzarse a la ofensiva.

“Las corridas de toros demandan su lugar entre las industrias culturales debido a su tradición, importancia económica y apoyo social”, escribió Rivera en su cuenta de Instagram.

Mientras continúan las preocupaciones por un posible segundo brote del nuevo coronavirus, la posibilidad de llenar las plazas de toros con miles de espectadores sigue en duda.

Cada aspecto de la economía española ha sido devastado por la pandemia, pero pocas otras industrias generan tanta pasión como los toros.

Conocida en España como la Fiesta Nacional, es considerada parte de su herencia cultural.

La imagen de hombres vestidos en brillantes trajes de luces, batallando con toros de media tonelada, ha inspirado a artistas a través de los tiempos, desde Francisco de Goya, a Pablo Picasso y Ernest Hemingway.

El dinero importa

Los espectáculos taurinos proveen hoy empleo a unas 54.000 personas y generan casi 4.400 millones de dólares anuales a la economía, casi un 1% del Producto Interno Bruto, según la Asociación Nacional de Organizadores de Corridas de Toros.

Los matadores de España afirman que el gobierno de izquierda injustamente le ofreció ayuda financiera por un total de 121.3 millones de dólares a la industria cinematográfica, musical y teatral, mientras a la industria taurina se le ofrecieron apenas 71.655 dólares.

Victorino Martín, presidente de la Fundacíón del Toro de Lidia, un grupo creado para la defensa de los intereses del sector, estimó que las pérdidas incurridas durante el confinamiento alcanzaron un total de 772 millones de dólares.

Algunos criadores se han dado por vencidos y sacrificaron todos sus animales, dijo Martín. En un solo caso, se mataron a unos 400 morlacos.

Martín se reunió esta semana con el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, para pedir la ayuda gubernamental y concesiones fiscales.

Dijo que el fisco injustamente castiga a los criadores de toros de lidia, que deben pagar un valor añadido del 21% por animal, mientras a los criadores de toros normales se les exige el pago de un 10% por animal.

“Lo que queremos es justicia. La lidia de toros es la segunda actividad cultural más importante, después del fútbol, en términos de espectadores y derechos de televisión en España”, le dijo Martín a la Voz de América en una entrevista telefónica.

Choque de culturas

“Somos parte esencial de la cultura española. Tengo esperanzas de que recibiremos alguna ayuda. Si no, esta gran tradición tendrá que luchar por sobrevivir”, agregó.

Un portavoz del ministerio de Cultura dijo que el tema está siendo considerado.

Las corridas de toros han estado en dificultades desde la crisis financiera del 2008, que hundió al país a una recesión de cinco años y obligó a fuertes recortes en el gasto público.

Muchas autoridades locales recortaron los gastos en lidia de toros que normalmente eran la atracción principal de las fiestas anuales.

El número de eventos de toros se redujo de 3.651 en 2007, un año antes de la crisis financiera, a 1.521 en el 2018, el ultimo año para el que el gobierno tiene registros.

Más recientemente, una serie de gobiernos regionales de izquierda han intentado prohibir las lidias de toro aprovechando que ha aumentado la oposición a esa costumbre entre la sociedad española.

Más de 135.000 personas han firmado peticiones para que no se concedan fondos públicos para ayudar a la industria de la tauromaquia.

Inmediatamente después de la petición, Electomanía, una empresa de sondeos de opinión, publicó una encuesta que encontró que el 47% de los españoles estaban a favor de prohibir estos controvertidos espectáculos, mientras que un 18,6% se oponen a la prohibición y un 37,7% se oponen a las corridas de toro, pero no querrían que fuesen prohibidas.

Los activistas ven una oportunidad

Laura Duarte, de Pacma, un Partido político que promueve los derechos de los animales, describió el toreo como una “cruel tradición”; una que, según dice, recibe millones de dólares en donaciones de la Unión Europea y de los gobiernos central y regionales.

“Nosotros decimos que este no es el momento para meter más dinero en las corridas de toros. Es momento de acabar con esto para siempre”, dijo Duarte a la VOA, en una entrevista telefónica.

Antonio Lorca, el crítico de corridas de toros del diario español El País, dijo que la industria está mal organizada y que ya tenía problemas financieros desde antes de la pandemia.

“Comparado con algo como el fútbol, que esta bien organizado, las corridas de toros estaban divididas y no estaban en una buena situación antes de esto”, le dijo Lorca a la VOA, en entrevista telefónica.

“Lo que será clave es si las corridas de toros regresan en agosto o después. El coronavirus no matará a los toros, pero podría contribuir a su desaparición”.