El número de muertes diarias por coronavirus en Cuba ha ascendido drásticamente en los últimos diez días, de algo más de medio centenar a 80 en una sola jornada, según datos ofrecidos por el Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Este jueves 29 de julio, el Minsap reportó 8.607 nuevos casos y 68 fallecimientos por la pandemia.
Un médico, periodistas y ciudadanos en general entrevistados por la Voz de América aluden a una pobre gestión de las autoridades para enfrentar la pandemia, unida a una escasez de alimentos y demás productos básicos que obliga a la mayoría de los cubanos a hacer largas filas en mercados para comprar. A ello se suma lo que consultados catalogan como difíciles condiciones en los centros de aislamiento por toda la isla.
El gobierno de Miguel Díaz-Canel ha reiterado que faltan recursos necesarios debido al embargo que aplica por décadas Estados Unidos. Los críticos insisten en que la responsabilidad la tiene el gobierno cubano por su mala gestión y por las fallas del sistema socialista vigente.
“En menos de un mes hemos perdido dos miembros de la familia: primero un bebé de nueve meses y en la noche de ayer [lunes 26 de julio], una bebé de tres años por esta situación del COVID-19. Es muy doloroso ver cómo las personas, incluso niños que comienzan a vivir, están falleciendo”, dijo Diasniurka Salcedo Verdecia, miembro de la Red Femenina de Cuba, desde la occidental provincia de Artemisa.
También lea ¿Qué argumentan expertos y opositores ante preocupación por uso de vacuna cubana en Venezuela?Las protestas el pasado 11 de julio en decenas de pueblos y ciudades de toda la isla demandaban el derecho a las libertades fundamentales, pero también fue una “respuesta del pueblo, fue un detonante a todo lo que se está viviendo”, explica Salcedo, quien fue detenida por participar de las manifestaciones.
¿Qué esperar en lo adelante?: “Pronostico que la situación en una semana debe ser aún más complicada”, vaticinó Salcedo.
El gobierno cubano rechazó, sin ofrecer públicamente sus motivos, aplicar al mecanismo internacional de distribución de vacunas COVAX. En cambio, patrocinó el desarrollo, producción y vacunación actual de la población con los candidatos vacunales y las vacunas Abdala y Soberana 02.
“Una crisis sistémica, estructural”
Desde Holguín, una provincia ubicada a más de 700 kilómetros al este de la isla y que acumula alrededor de 700 casos diarios, el doctor y especialista en medicina general y líder del Movimiento Cristiano Liberación, Eduardo Cardet, considera que se trata de “una crisis sistémica, estructural”.
Cardet, quien cumplió una sentencia en la cárcel por motivos políticos y está impedido de ejercer su profesión, declaró a la VOA: “El sistema de salud cubano, podemos decir que está quebrado a todos los niveles, y así es la nación completa, desgraciadamente”.
El galeno reside en la localidad de Velasco, al norte de la provincia de Holguín, y explica que ha observado inconsistencias en el manejo de la pandemia, pues las restricciones para impedir la propagación del virus “tienen como propósito más bien (garantizar) un control social”.
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Cardet explicó que el movimiento es restringido con alta vigilancia en el horario vespertino. Sin embargo -explica- en el horario matutino las largas filas para comprar los alimentos provocan “un altísimo riesgo para la expansión de la enfermedad”.
La determinación del gobierno cubano de no acogerse al mecanismo COVAX -establecido por la ONU para el acceso equitativo a las vacunas de producción global- no queda fuera de las críticas del galeno: “Ha sido una decisión desafortunada, una decisión llena de arrogancia”.
Por su parte Salcedo, que aunque reconoce que las autoridades avanzan en su campaña de vacunación pero se niega a ponerse la vacuna cubana, indicó: “La situación la veo bien compleja”. Expuso además que las personas luchan cada día por hacerse con medicamentos básicos como la azitromicina y el rozefín.
“Aumenta la desconfianza”
En Camagüey, el vicepresidente regional de la Sociedad Interamericana de Prensa, Henry Constantín Ferreiro, ha indagado como periodista independiente sobre parte de la campaña de vacunación.
“Aumenta la desconfianza porque cada vez se conocen más casos de personas que ya con la tercera dosis recibida, que parece que es, digamos la más fuerte para el organismo es a la vez más agresiva, pues aumentan los casos de personas que tienen reacciones. Y están las historias de fallecidos después de esa tercera dosis”, señala. Esta información no pudo ser constatada de forma independiente ni hay información oficial al respecto.
Constantín dirige la publicación independiente La Hora de Cuba, y explica que su labor se ha visto interrumpida por las restricciones en los horarios permitidos para transitar en la calle, pero también por las lógicas prohibiciones del poder.
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“Ha sido terrible en el sentido de la libertad de movimiento”, explica. En Camagüey “a la una de la tarde la vida en la ciudad prácticamente se congela”.
“Tomar fotos o ir a buscar información por ahí es súper complicado para un periodista, ya no en un país represivo, sino además en un país represivo donde la libertad fuera de la casa termina a la una de la tarde”, concluye.
“Fallos en el protocolo”
En el municipio Arroyo Naranjo, de La Habana, la provincia con más casos de contagios por ser la más poblado del país, el comunicador y colaborador de Cubanet Vladimir Turró dijo que en su caso, al ser ingresado en el mes de mayo por sospecha de contagio, nunca le preguntaron por los contactos que tuvo. Tampoco a su esposa, Adys Suárez Rafael, en avanzado estado de gestación, le pidieron los nombres de las últimas personas con las que tuvo contacto.
“En ningún momento me preguntaron sobre mis contactos. Es decir, que todas las personas que estuvieron en contacto conmigo pudieron estar contagiados y nunca lo supieron, a no ser que mostraran síntomas y se llegaran a una institución médica”, explicó.
También lea ¿Qué variantes de COVID-19 son más prevalentes en América Latina?En el municipio Urbano Noris, provincia Holguín, Marcos, quien prefirió ocultar su identidad por temor a represalias, describió como engorroso el protocolo de detección del virus. Tras varios días de haber sido sometido a una prueba PCR, está esperando un test rápido para confirmar que padece el COVID, pero si no hubiera existencia de éstas, debe de volver a pasar por la prueba PCR.
Las condiciones de alojamiento, relató Marcos a la VOA, son muy difíciles en una escuela de educación primaria dispuesta para ello a las afueras del pueblo. Explicó que es pésima la alimentación y que confluyen en los espacioes los contagiados con quienes esperan los resultados de sus exámenes.
La oficina de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud en Cuba (OPS/OMS) en La Habana no respondió a varias llamadas de la Voz de América. El Minsap tampoco respondió a un pedido de comentarios por medio de un correo electrónico.