El gobierno de Estados Unidos mantiene su compromiso con la lucha contra la pandemia en todo el mundo con la entrega de cerca de 80 millones de dosis de vacunas para distribuirlas en los países con menos recursos.
La coordinadora de la respuesta al COVID-19 y de seguridad sanitaria del Departamento de Estado de Estados Unidos, Gayle Smith, señaló durante una conferencia de prensa telefónica con medios de comunicación internacionales que la logística se ha convertido en el principal problema al que tienen que hacer frente las administraciones. El objetivo, dice, es recibir las vacunas en el menor tiempo posible, por lo que la Casa Blanca sumará esfuerzos para minimizar al máximo los plazos de entrega.
“Como todos sabemos, el suministro (de vacunas) es un problema muy importante y necesitamos muchas más vacunas para países de todo el mundo. Con ese fin, estamos trabajando con los productores para aumentar el suministro y también la cadena de suministro”, expresó la funcionaria del gobierno norteamericano.
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Estados Unidos también sigue muy vigilante a la situación de la pandemia en América Latina. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lleva varios meses advirtiendo de las graves consecuencias de la región sur del continente americano, incapaz de aplacar la curva de contagios y dar una respuesta efectiva con la distribución de las vacunas.
Aunque la Casa Blanca aún no ha acabado el plan de actuación para Latinoamérica, Smith confirmó que esta zona es una de las prioridades para el ejecutivo, sobretodo por la cercanía de esos países con Estados Unidos.
“La situación en los países del Caribe y en América Latina están al frente de Estados Unidos ya que están en nuestro hemisferio. No hemos tomado decisiones definitivas, pero les puedo decir que estamos mirando de cerca a cada región, que las conocemos bien y que he tenido el honor de reunirme con varios representantes de países del Caribe y América Latina”, indicó.
Proyecto multimillonario en el exterior
Por otro lado, el ejecutivo liderado por el presidente Joe Biden también está diseñando un multimillonario proyecto para ampliar los recursos económicos en materia sanitaria a través de la Corporación de Financiamiento para el Desarrollo (DFC en inglés) con el objetivo de incrementar la producción de vacunas en otros lugares del mundo y así agilizar la distribución de las dosis.
“Estamos trabajando para aumentar la oferta a través de la DFC para realizar inversiones en sitios de fabricación en todo el mundo ya que con una inyección de capital podrán aumentar la oferta a corto y medio plazo”, señaló al tiempo que agregaba que para este proyecto, pensado para paliar los efectos negativos de la pandemia, se están destinando más de mil millones de dólares.
Más ayuda financiera
La Casa Blanca, según las palabras de Smith en su intervención, también quiere liderar el plan de ayuda financiera a las comunidades con bajos recursos que han sufrido los estragos del coronavirus de una forma mucho más severa por la pérdida de empleos y las dificultades para recuperarse financieramente.
El plan contempla un paquete de ayudas especiales y, aunque esa medida aún está en negociaciones, ha sido muy bien aceptado por la comunidad internacional. “Queremos que los fondos estén disponibles a finales de este año para que ayuden a mitigar algunos de los impactos de la pandemia, podemos hacer mucho, podemos estar al frente, pero no podemos hacerlo solos”, indicó.
Para ello, Estados Unidos ha manifestado que la colaboración con los países que forman parte del G7 (Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón) y de la Unión Europea (UE) es indispensable para que sea una realidad.
“Trabajar con nuestros socios es absolutamente crítico. Por eso, estamos en estrecho contacto con nuestros socios del G7, la UE y otros para ver cómo juntos se puede llegar a la escala necesaria para controlar esta pandemia de modo que todos puedan recuperar sus vidas”, sostuvo.