En plena lucha contra el COVID-19, en el hospital Methodist Continuing Care de la ciudad de Houston, en Texas, el aislamiento obligatorio de los pacientes en recuperación se combate con un poco de ingenio.
Con algo de ayuda externa, empleados de este hospital transformaron un espacio de azotea en un jardín lleno de flores y lugares para sentarse a tomar el sol y respirar el aire libre.
"Estábamos tratando de conectar a las familias con los pacientes, así que íbamos a sus habitaciones con un iPad y hacíamos una videollamada”, dijo a la Voz de América la enfermera Trisha Dutton.
“Reconocimos que eso no era suficiente para levantar su espíritu lo suficiente. Vi este espacio y lancé una idea loca: ¿por qué no convertimos el patio en algo que podamos sacar a los pacientes?"
Y así fue como ese espacio se transformó en refugio para los más impactados por las secuelas que, en algunos pacientes, deja el coronavirus.
"Es muy importante, porque cuando el paciente es puesto en aislamiento, ellos sienten el aislamiento”, explicó enfermera Jorden Wilson.
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Agregó que “no pueden ver a nadie, las enfermeras no los visitan tan a menudo, y, por lo tanto, cuando tienen este espacio y pueden sentarse aquí y tomar un poco de sol, respirar un poco de aire fresco, les ayuda a abrir sus pulmones, lo que es muy importante para ejercitar sus pulmones, cuando tienes COVID".
El jardín, construido sobre una base de cemento y césped artificial, no solo ha ayudado a los pacientes en su proceso de recuperación, también, en el peor momento de la pandemia hasta ahora, salvó los planes de Jorden, quien había cancelado los preparativos de su boda por el trabajo.
Pero algunos de sus compañeros de labor no estaban dispuestos a permitir que esto sucediera.
"Pensé que estaban bromeando. No pensé que mis empleadores me hicieran una boda”, expresó Jorden, asombrada.
“Le levantó el espíritu todos. Todos lo necesitábamos. Todos necesitábamos ese momento para elevar nuestro espíritu, porque hemos estado aquí cuidando de estos pacientes realmente enfermos, por mucho tiempo".
Y así, Jorden y su esposo comenzaron una nueva vida juntos, en un espacio que a muchos ha servido de aliento, de terapia y de refugio, en medio de la pandemia.