La batalla por la vacante en la Corte Suprema de Estados Unidos será centro de atención esta semana en Washington, cuando el Senado retorna de un receso de una semana y la Casa Blanca continúa examinando posibles nominados.
El país dio su último adiós al juez Antonin Scalia el fin de semana, mientras se desarrolla una batalla partidista.
El líder de la mayoría en el Senado y el presidente de la Comisión Judicial escribieron una carta abierta argumentando que el próximo presidente, no Barack Obama, debe escoger al reemplazante de Scalia en la Corte Suprema.
La Casa Blanca está en desacuerdo como lo expresó el portavoz Josh Earnest: “El presidente tiene el deber constitucional de nominar a un sucesor cuando hay una vacante en la Corte Suprema, y el Senado tiene el solemne deber constitucional de dar a esa persona una audiencia justa y una votación oportuna por sí o no”.
Los republicanos insisten en que aunque Obama puede presentar nominados, el Senado puede retener su consentimiento y postergar llenar la vacante hasta después de la elección presidencial de noviembre. Algunos senadores republicanos han dicho que la cámara debe considerar cualquiera que Obama presente.
La batalla por la nominación de un candidato para la Corte Suprema ha llegado a la campaña electoral. La aspirante demócrata Hillary Clinton se expresó al respecto.
“Escuchan a los republicanos que dicen que rechazarán cualquier juez que el presidente Obama nomine, sin importar cuan calificado sea. Entonces mis amigos, recordemos a los republicanos: Barack Obama es el Presidente de Estados Unidos”, dijo Clinton.
El aspirante republicano Ted Cruz dice que el reemplazo del juez Scalia debe estar a cargo de quien resulte electo en noviembre.
“Esta elección será un referéndum sobre la Corte Suprema y les diré esto: No puedo esperar para estar en ese debate con Hillary Clinton o Bernie Sanders o cualquier otro socialista que nominen”, señaló Cruz.
La Casa Blanca podría presentar un nominado en cuestión de días o semanas.