La evidencia científica documentada en una serie de artículos presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana destaca el impacto dañino del cambio climático en etapas clave del ciclo de vida humano.
"Estos proporcionan evidencia científica importante sobre cómo la salud de mujeres embarazadas, recién nacidos, niños, adolescentes y personas mayores se ve afectada por la contaminación del aire y diferentes peligros climáticos, incluidos incendios forestales, inundaciones y calor extremo", afirmó Anayda Portela, directora del Departamento de Salud y Envejecimiento de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente de la OMS, el viernes en una reunión informativa para periodistas en Ginebra.
"Esta evidencia es de vital importancia, porque muestra los principales riesgos para la salud de cada uno de estos grupos ante estos diferentes eventos climáticos", dijo Portela.
Señaló que la colección de artículos publicados en el Journal of Global Health muestra que los riesgos para la salud relacionados con el clima "han sido subestimados de manera crucial" para las personas más jóvenes y mayores y durante el embarazo, "con implicaciones graves, a menudo potencialmente mortales".
Los estudios encuentran que los peligros naturales relacionados con el clima tienen algunos “impactos graves en la salud física y mental”, durante el embarazo y en las personas más jóvenes y mayores.
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Por ejemplo, los autores señalan que los nacimientos prematuros, que ahora son la principal causa de muerte infantil, "aumentan durante las olas de calor, mientras que las personas mayores tienen más probabilidades de sufrir ataques cardíacos o dificultad respiratoria".
Informan que las olas de calor también “afectan la función cognitiva y, por tanto, el aprendizaje de niños y adolescentes”.
El informe sobre el estado del clima global de la Organización Meteorológica Mundial confirma que 2023 fue el año más caluroso jamás registrado y predice que las temperaturas globales durante “todo el período quinquenal 2024-2028 excederán 1,5 grados centígrados por encima de la era preindustrial”, lo que, según los científicos, podría provocar cambios rápidos e irreversibles en el clima.
Según la Organización Mundial de la Salud, entre 2030 y 2050, se prevé que el cambio climático causará aproximadamente “unas 250.000 muertes adicionales por año sólo por desnutrición, malaria, diarrea y estrés por calor”.
Portela también advirtió que la contaminación del aire aumenta la probabilidad de hipertensión arterial durante el embarazo, bajo peso al nacer, parto prematuro e impactos negativos en el desarrollo cerebral y pulmonar del feto.
"Aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias entre los niños y las personas mayores", dijo, y añadió que también enfrentan mayores riesgos de "cáncer, enfermedades cardiovasculares y neumonía".
También lea Guterres advierte que la meta de limitar el calentamiento global se alejaLos estudios detallan los numerosos efectos nocivos sobre el bienestar físico y mental de los desastres naturales relacionados con el clima, incluidas las inundaciones y las sequías, así como los incendios forestales, que se ha demostrado que aumentan los trastornos respiratorios y las tasas de mortalidad cardiovascular en las personas mayores.
"Existe una necesidad urgente de mitigar el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar la resiliencia climática, para tomar acciones específicas que protejan la salud en estas distintas etapas de la vida", dijo Portela.
Los autores de los informes señalan que “pocas medidas de adaptación climática están diseñadas para las necesidades específicas de mujeres, bebés, niños y adolescentes”, así como para las personas mayores que pueden tener limitaciones cognitivas y de movilidad.
Sin embargo, la OMS insta a los gobiernos a priorizar el cambio climático como un problema de salud, señalando varias acciones específicas que pueden tomar para promover y proteger la salud en diferentes etapas de la vida.
Por ejemplo, esto podría incluir flexibilidad en torno a los horarios de trabajo, preparar los sistemas educativos y de cuidado infantil para eventos climáticos extremos y aumento de temperaturas, e informar a las personas y comunidades sobre diversas medidas que pueden proteger a las personas vulnerables durante olas de calor y períodos de empeoramiento de la contaminación del aire.
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