El presidente cubano, Raúl Castro, advirtió a los cubanos que deben prepararse para tiempos económicos difíciles en 2016, citando especialmente los cambios que se avecinan en Venezuela.
Castro dijo a la Asamblea Nacional que espera un crecimiento del 2 por ciento el producto interno bruto, la mitad de lo que el gobierno reportó en 2015.
Reconoció que aunque el petróleo barato reduce “la factura de importación de alimentos, materias primas y productos manufacturados”, no es menos cierto que afecta “las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas existentes con varios países, en particular con la República Bolivariana de Venezuela”.
Cuba ha enviado a miles de médicos a Venezuela en los años recientes, a cambio de petróleo y pagos en efectivo a tasas muy favorables. No obstante, los resultados de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en las que triunfó la oposición, podrían cambiar la relación y eliminar el trato preferencial hacia la isla.
“Ante este escenario no cabe, como siempre nos ha enseñado Fidel, el más mínimo derrotismo, todo lo contrario”, resaltó. “La historia de nuestra Revolución está llena de páginas gloriosas frente a las dificultades, riesgos y amenazas”.
Si bien más de 3 millones de turistas visitaron la isla en 2015 –casi un aumento del 20%-- Castro se quejó de que Cuba “continúa siendo el único país del mundo que los ciudadanos de Estados Unidos tienen prohibido visitar como turistas”.
“Nos corresponde potenciar al máximo las reservas de eficiencia” al mismo que tiempo que se “reducir cualquier gasto que no sea imprescindible y aprovechar los recursos de que disponemos con más racionalidad y con vocación de desarrollar el país”, apuntó.
A pesar de las afirmaciones de que el PIB creció un 4% en 2015, hay una insatisfacción generalizada entre los cubanos por los bajos salarios y los altos precios de los bienes esenciales, particularmente de los alimentos.