El estadounidense preso en Cuba desde hace más de dos años, añora el fútbol americano, las costillas de cerdo y las buena bebidas.
Al estadounidense Alan Gross preso en Cuba desde hace más de dos años se le espera en Estados Unidos como le gustaría vivir: con un partido de fútbol americano o de beisbol, costillas de cerdo y una botella de whisky de 12 años.
Su hermana Bonnie Rubinstein, estuvo esta semana en Washington para participar en una manifestación semanal frente a la representación de Cuba en la ciudad.
En una entrevista realizada luego de la protesta, Rubinstein dijo que su hermano de 63 años es seguidor de los Redskins de Washington de la NFL, pero que ha desarrollado gusto por el béisbol cubano porque sus carceleros ven los partidos.
Agregó que a Gross le gustaría comer costillas con ella y otros miembros de su familia que viven en Texas. Mientras tanto, el esposo de Rubinstein dijo que
recientemente compró una botella de whisky de 12 años que planea conservar intacta hasta que Gross vuelva a casa.
Pero eso podría tardar algún tiempo. Gross, oriundo de Maryland, has estado casi 1.000 días en prisión.
Fue arrestado en 2009 mientras trabajaba para un subcontratista del gobierno estadounidense dentro de un programa de fomento a la democracia en Cuba. Ahora purga una sentencia de 15 años de prisión por haber llevado equipo de telecomunicaciones restringido a la isla.
Rubinstein, quien es cuatro años mayor que su hermano y vive en Dallas, fue una de las más de 12 personas que gritaron a coro "¡libertad ya para Alan Gross!" y "¡Dejen salirse a Alan Gross!" durante una manifestación afuera de la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
"¿Por qué continúa allí?", preguntó Rubinstein, quien señaló que su hermano "está siendo desatendido" por el gobierno de Estados Unidos, pese a que el departamento de Estado frecuentemente saca el tema en las conferencias de prensa.
"Alan no quiere que se le olvide. No quiere que se le abandone allá. Quiere que la gente sepa de él", apuntó.
Su hermana Bonnie Rubinstein, estuvo esta semana en Washington para participar en una manifestación semanal frente a la representación de Cuba en la ciudad.
En una entrevista realizada luego de la protesta, Rubinstein dijo que su hermano de 63 años es seguidor de los Redskins de Washington de la NFL, pero que ha desarrollado gusto por el béisbol cubano porque sus carceleros ven los partidos.
Agregó que a Gross le gustaría comer costillas con ella y otros miembros de su familia que viven en Texas. Mientras tanto, el esposo de Rubinstein dijo que
recientemente compró una botella de whisky de 12 años que planea conservar intacta hasta que Gross vuelva a casa.
Pero eso podría tardar algún tiempo. Gross, oriundo de Maryland, has estado casi 1.000 días en prisión.
Fue arrestado en 2009 mientras trabajaba para un subcontratista del gobierno estadounidense dentro de un programa de fomento a la democracia en Cuba. Ahora purga una sentencia de 15 años de prisión por haber llevado equipo de telecomunicaciones restringido a la isla.
Rubinstein, quien es cuatro años mayor que su hermano y vive en Dallas, fue una de las más de 12 personas que gritaron a coro "¡libertad ya para Alan Gross!" y "¡Dejen salirse a Alan Gross!" durante una manifestación afuera de la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
"¿Por qué continúa allí?", preguntó Rubinstein, quien señaló que su hermano "está siendo desatendido" por el gobierno de Estados Unidos, pese a que el departamento de Estado frecuentemente saca el tema en las conferencias de prensa.
"Alan no quiere que se le olvide. No quiere que se le abandone allá. Quiere que la gente sepa de él", apuntó.