LA HABANA (Reuters) - Con una semana de vigilias en todo el país Cuba celebrará el sábado 25 de noviembre el primer aniversario de la muerte del líder revolucionario Fidel Castro, mientras la isla inicia un ciclo político que pondrá fin a 60 años del gobierno de los hermanos Castro.
Fidel, una figura imponente del siglo 20 que construyó un estado dirigido por los comunistas a las puertas de los Estados Unidos y desafió los esfuerzos de Washington por derrocarlo, murió a los 90 años el 25 de noviembre de 2016.
El ícono de la Guerra Fría ya había estado fuera de la vista pública durante casi una década, después de haber cedido formalmente la presidencia a su hermano menor, Raúl Castro, en 2008 debido a su mala salud. Los cubanos dicen que su muerte cambió poco en la isla.
El ritmo de las reformas instigadas por Raúl para actualizar la economía de comando de estilo soviético ha continuado tan vacilante como antes. Mientras tanto, la relación de Cuba con Estados Unidos ha empeorado debido a la postura más hostil del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Más significativo desde el punto de vista político, dicen los analistas, será el ciclo electoral que comenzará el domingo con un voto municipal y terminará con la selección de un nuevo presidente a fines de febrero. Raúl, de 86 años, dijo que renunciaría al final de sus dos períodos consecutivos.
Se espera que la transición sea gradual ya que Raúl seguirá siendo el jefe del Partido Comunista. Pero, ocurre cuando el país enfrenta un momento difícil con una disminución en la ayuda de Venezuela -país aliado-, exportaciones más débiles y la consiguiente escasez de efectivo.
Al momento de su muerte, Castro había estado fuera de la atención pública desde que una dolencia intestinal casi lo mata en 2006, ocasionalmente escribiendo columnas y recibiendo dignatarios extranjeros en su casa.
Su muerte el año pasado sumió a Cuba en nueve días de duelo nacional. Un cortejo fúnebre llevó sus cenizas en un viaje de tres días desde La Habana a su lugar de descanso final en el este de la isla, donde había lanzado la revolución cubana.
De acuerdo con sus deseos de evitar un culto a la personalidad, no se han hecho estatuas de Fidel, ni se ha puesto su nombre a lugares públicos en Cuba. Incluso su tumba es un asunto sobrio, una gran roca de granito en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba con una placa que simplemente dice "Fidel".
Galas y vigilias en honor a Fidel se llevarán a cabo en todo el país esta semana, de acuerdo con los medios estatales. Las instituciones culturales como el ballet nacional están dedicando sus espectáculos a su memoria, y la televisión estatal está grabando imágenes archivadas para transmitirlas repetidamente durante toda la semana.
La votación municipal del domingo, la única parte del proceso electoral con participación directa de cubanos comunes, se presenta en los medios estatales como muestra de apoyo a sus ideas. Carteles de Fidel fueron colgados en asambleas donde los barrios nominaron candidatos en los últimos dos meses.
Le seguirán las elecciones de las asambleas provinciales y nacionales en las que las comisiones seleccionan a los candidatos de las listas. La nueva Asamblea Nacional seleccionará a fines de febrero a un sucesor de Castro, que se espera que sea el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel.