"Zapata se puso en huelga de hambre sabiendo que iba a morir". La ex presa política y amiga del preso de conciencia, Martha Beatriz Roque. Tal vez también sabía que aquello supondría el comienzo de una nueva etapa en la tierra por la que tanto había luchado.
A un año de la muerte de Orlando Zapata, tal vez quien mejor ha sabido entender su fallecimiento es su compañero de luchas, el disidente Guillermo Fariñas que lo describe así: “Zapata fue un albañil humilde que supo ponerse por encima de todos los impedimentos y supo demostrar como se hace patria y eso lo hizo dando su vida por la patria".
Cuba convirtió en un símbolo a Zapata después de dejarlo morir el 23 de febrero de 2010 en el Hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana, donde había sido ingresado a causa de su delicado estado de salud.
Orlando había logrado mantener una huelga de hambre de 83 días en el penal de Camagüey para exigir mejoras en las condiciones carcelarias. "Estuvo 18 días encerrado sin recibir agua y fue además tremendamente golpeado, yo misma vi sus heridas en la urna el día del velorio", recordó Roque.
Zapata “sacrificó su vida por la libertad de Cuba", y tal vez de esa misma manera lo vio Fidel Castro, quien declaró sentir su muerte.
Hoy Cuba muestra otra cara muy diferente a la última que pudo contemplar Zapata. Sus compañeros del grupo de los 75 junto a los que fue encarcelado han sido puestos en libertad. Cual fue su contribución es difícil de calcular, pero muchos le recordarán como el que marcó un antes y un después en la isla.
Homenajes en todo el mundo
“Zapata era un hombre valiente que murió defendiendo un derecho universal: la libertad de expresión. Deploramos que continúe la intimidación por parte del gobierno cubano a los activistas y a sus familias, incluyendo a la de Zapata”, expresó el Departamento de Estado de Estados Unidos por medio de un comunicado.
“Nos sumamos a la comunidad internacional para urgir al gobierno cubano a liberar inmediatamente y de forma incondicional a los prisioneros políticos que permanecen en las cárceles, no sólo a los de la Primavera Negra”, añade.
Centenares de personas participaron en una concentración silenciosa ante la sede de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas en Nueva York para recordar la figura del preso cubano y pedir cambios democráticos en la isla caribeña.
"Elegimos llevar linternas porque de muchas maneras Orlando Zapata arrojó luz sobre el tema cubano, tan escabroso y tan mal entendido en muchas partes del mundo. Él se convirtió en un descalabro para la imagen del gobierno de los Castro y sobre el estado de las prisiones en Cuba", indicó Geandy Pavón, organizador del acto.
Zapata Tamayo era el segundo opositor cubano que fallece tras una huelga de hambre en la cárcel. El primero fue Pedro Luis Boitel, a inicio de los años 60 del siglo pasado.