En 1980, unos 125.000 cubanos, incluyendo ex convictos y enajenados mentales, salieron del puerto de Mariel hacia Estados Unidos provocando una gran crisis migratoria.
Expertos y analistas de los temas de Cuba piensan que las reformas a las leyes de migración en la isla y particularmente la eliminación del permiso de salida para dejar ese país van a provocar un éxodo lento hacia Estados Unidos equivalente al de Mariel en 1980.
En ese entonces, unos 125.000 cubanos –muchos de ellos ex convictos y enajenados mentales—salieron del puerto de Mariel hacia Estados Unidos, provocando una crisis con la que Fidel Castro respondió a los llamados del entonces presidente Jimmy Carter de respetar los derechos humanos en Cuba.
Según expertos consultados, ahora como en 1980, el régimen cubano busca aliviar la presión de su pueblo al que no puede ofrecerle trabajos ni comida ni tierras, pero que ahora tendrá la distracción de tratar de conseguir un pasaporte y una visa.
"Primero que nada (el régimen cubano) busca quitarse de encima un montón de gente que tiene que alimentar, segundo, se quita una enorme presión social porque los cubanos querían viajar y no se lo permitían y tercero, distrae la atención de los problemas económicos porque ahora la gente empieza a ocuparse de cómo conseguir un pasaporte para ir a la embajada de España a conseguir una visa", indicó el profesor Jaime Suchlicki, catedrático y director el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, entrevistado por la agencia AFP.
Según Suchlicki ni España ni tampoco países como Venezuela o México van a poder dar grandes cantidades de visas, por lo que el destino preferido seguirá siendo Estados Unidos.
Ante esto, la portavoz del departamento de Estado Victoria Nuland dijo el martes que su país no contempla cambiar "nada de las leyes en vigor. Washington mantiene desde 1966 la llamada Ley de Ajuste, por la cual un cubano que pisa territorio estadounidense automáticamente puede pedir la residencia.
"Siempre urgimos a las familias cubanas a que utilicen la reunión familiar legal y otros mecanismos de inmigración que ya están en vigor", dijo Nuland al considerar la medida de La Habana como una acción "consistente con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que todos deberían tener el derecho a salir de cualquier país, inclusive el propio, y/o regresar a su propio país, a entrar y salir".
En ese entonces, unos 125.000 cubanos –muchos de ellos ex convictos y enajenados mentales—salieron del puerto de Mariel hacia Estados Unidos, provocando una crisis con la que Fidel Castro respondió a los llamados del entonces presidente Jimmy Carter de respetar los derechos humanos en Cuba.
Según expertos consultados, ahora como en 1980, el régimen cubano busca aliviar la presión de su pueblo al que no puede ofrecerle trabajos ni comida ni tierras, pero que ahora tendrá la distracción de tratar de conseguir un pasaporte y una visa.
"Primero que nada (el régimen cubano) busca quitarse de encima un montón de gente que tiene que alimentar, segundo, se quita una enorme presión social porque los cubanos querían viajar y no se lo permitían y tercero, distrae la atención de los problemas económicos porque ahora la gente empieza a ocuparse de cómo conseguir un pasaporte para ir a la embajada de España a conseguir una visa", indicó el profesor Jaime Suchlicki, catedrático y director el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, entrevistado por la agencia AFP.
Según Suchlicki ni España ni tampoco países como Venezuela o México van a poder dar grandes cantidades de visas, por lo que el destino preferido seguirá siendo Estados Unidos.
Ante esto, la portavoz del departamento de Estado Victoria Nuland dijo el martes que su país no contempla cambiar "nada de las leyes en vigor. Washington mantiene desde 1966 la llamada Ley de Ajuste, por la cual un cubano que pisa territorio estadounidense automáticamente puede pedir la residencia.
"Siempre urgimos a las familias cubanas a que utilicen la reunión familiar legal y otros mecanismos de inmigración que ya están en vigor", dijo Nuland al considerar la medida de La Habana como una acción "consistente con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que todos deberían tener el derecho a salir de cualquier país, inclusive el propio, y/o regresar a su propio país, a entrar y salir".