El senador republicano, Marco Rubio, dijo estar abierto a escuchar al gobierno del presidente Barack Obama en relación con la normalización de relaciones diplomáticas con Cuba, pero adelantó que piensa que “sus argumentos no lo van a convencer”.
Rubio, quien ahora preside la subcomisión de Relaciones Exteriores sobre el Hemisferio Occidental en el Senado, ha adquirido la capacidad de darle forma –o de bloquear—la política de Obama hacia Cuba.
“Les vamos a dar el debate que quieren, pero al fin de cuentas, seguramente tendremos que bloquear [la designación de] un embajador para Cuba, porque pienso que este reconocimiento diplomático va a darle una legitimidad al gobierno [cubano] que no merece”, dijo Rubio a los reporteros el miércoles en el Capitolio.
En todo caso, su tono fue menos agresivo que el de hace unas semanas cuando dijo que haría cualquier esfuerzo por “bloquear este peligroso y desesperado intento por parte del presidente de pulir su legado a costa del pueblo cubano”.
El miércoles, Rubio reconoció que podría no ser capaz de impedir el establecimiento de una embajada en La Habana, porque las instalaciones allí son tan grandes que solo le falta un rótulo que diga “embajada”, pero advirtió nuevamente que mientras esté él a cargo, “les será difícil que el Senado confirme a un embajador”.
Ros-Lehtinen: Amenaza a EE.UU.
Mientras tanto, en la Cámara de Representantes, la legisladora republicana Ileana Ros-Lehtinen volvió a denunciar las políticas de Obama y alertó que la liberación de prisioneros anunciada como parte del acuerdo no significa nada si el régimen castrista “continúa capturando y deteniendo a otros prisioneros”.
“Nosotros en el Congreso debemos hacer lo que sea necesario para evitar que entren en efecto estas políticas desastrosas”, dijo en un discurso al pleno. “Es un mal acuerdo para la seguridad nacional y para la oposición cubana y es un trato muy dulce para el represivo régimen cubano”.