Las fogatas ardieron durante toda la madrugada del martes mientras sacerdotes aymaras rezaban oraciones a la espera de los primeros rayos de tata Inti -el Padre Sol- en el solsticio que marca el inicio del Año Nuevo Andino, una celebración de raíces ancestrales muy popular en Bolivia.
Según las creencias de los pueblos andinos, tras la noche más larga del año y con temperaturas gélidas el astro rey regresa cargado de buena energía. Miles de personas se congregaron en los cerros, en centros ceremoniales o en miradores de la ciudad para recibir los primeros rayos con las manos alzadas.
“Estamos en una waka (lugar sagrado) para celebrar un nuevo año andino y pedimos paz, salud y unidad para todos los bolivianos”, dijo Adelayda López, una amauta -sacerdote aymara- ataviada con tejidos aymaras para la celebración en el barrio Corazón de Jesús, donde se alza un Cristo al borde un acantilado que separa a La Paz de su vecina El Alto.
Tras la puesta del sol los creyentes bailan alrededor de la fogata donde ardieron las ofrendas a la Pachamama -Madre Tierra- mientras el amauta Víctor Machaca aviva el fuego con alcohol.
“Esto ha cruzado fronteras y ahora se celebra en todo el continente. Es el nacimiento del Sol. Desde nuestros abuelos tiwanakotas siempre se ha celebrado, es nuestro horizonte. Hoy debemos recibir las energías positivas para tener mejores condiciones de vida. Eso es el año nuevo andino: vivir bien, en paz y armonía”, dijo Machaca a The Associated Press.
“Mantenemos viva nuestra cultura y nuestras creencias”, sostuvo el creyente Luis Gutiérrez.
En las zonas rurales del altiplano, a casi 4.000 metros de altitud, los indígenas hicieron ofrendas a la Pachamama por las buenas cosechas y pidieron un buen año en estas tierras semiáridas difíciles para la agricultura.
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La celebración también es popular en el norte de Chile y el sur de Perú y coincide con el solsticio de invierno en el Hemisferio Sur.
En Bolivia es feriado y el epicentro de la celebración en el pueblo arqueológico de Tiwanaku, 65 kilómetros al suroeste de La Paz, donde floreció una de las culturas más importantes y antiguas de las tierras andinas unos 1.500 años AC. Hasta allí llegó el presidente Luis Arce acompañado por el exmandatario Evo Morales.
En ese pueblo, donde se alzan centros ceremoniales de piedra como la llamada Puerta del Sol, la celebración se prolongó con música y danzas autóctonas aymaras y una comida colectiva que se sirvió encima de tejidos sobre el piso de tierra.
Según los creyentes la celebración marca el año 5530, pero para el historiador Fernando Cajías el cálculo no tiene base científica. La cultura más antigua en esta región es de hace 1.500 años AC a los que hay que sumarles los 2022 del calendario romano. “Los cálculos no dan”.
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