Cinco oficiales de policía murieron y siete resultaron heridos al ser atacados por un francotirador —y no varios como se dijo inicialmente— en la ciudad de Dallas, Texas.
El incidente se dio durante una protesta contra la brutalidad policial de los últimos días organizada por activistas del movimiento "la vida de los negros importa".
Otros dos civiles resultaron heridos, tres personas fueron detenidas incluyendo a una mujer de raza negra, pero el sospechoso —identificado horas más tarde como Micah Xavier Johnson, de 25 años y sin historial criminal— dijo durante negociaciones con la policía que era el único atacante, que estaba furioso por la muerte de afroestadounidenses a manos de la policía y que quería matar a policías blancos.
La negociación con la policía duró varias horas y terminó con un tiroteo. Antes Johnson había dicho que había colocado bombas en el área, pero no se encontró ninguna.
El atacante murió al enfrentarse a la policía después de que los agentes utilizaron un robot armado con un explosivo para eliminarlo, según dijo el jefe de la policía de Dallas, David Brown.
Uno de los agentes muertos ha sido identificado por varios medios como Brent Thompson, de 43 años, que trabajaba con la agencia Dallas Area Rapid Transit.
Los disparos comenzaron en torno a las 8:45 p.m. de la tarde del jueves, cuando cientos de personas se manifestaban por las muertes en tiroteos policiales esta semana en Baton Rouge, Louisiana y un suburbio de St. Paul Minnesota.
El jefe de la policía de Dallas, David Brown, dijo que los policías fueron emboscados cuando protegían la protesta. La idea del atacante era " herir y matar a tantos agentes como pudieran", dijo Brown.
El atacante aparentemente tenía conocimiento de la ruta y se parapetó en el segundo piso de un edificio de El Centro College (ver mapa).
Un testigo dijo que el atacante disparaba de forma metódica, con pausas, demostrando experiencia. Un video aficionado muestra al sospechoso cubriéndose tras las columnas de un edificio para disparar y luego sorprender a un policía y dispararle con frialdad por la espalda.
El presidente Barack Obama, desde Varsovia donde asiste a una cumbre de la OTAN, dijo que el ataque fue "cruel, calculado y despreciable" y que es un recordatorio "de los sacrificios que hacen los policías por nosotros".
Se trata del día más mortal en la historia de las fuerzas de seguridad estadounidense desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.