Un depredador en línea “despiadado y cruel” que chantajeó a niñas de todo el mundo fue sentenciado el viernes a cadena perpetua tras ser hallado culpable del homicidio culposo de una víctima que se suicidó.
En el Tribunal de la Corona de Belfast, el juez John O’Hara sentenció a Alexander McCartney, de 26 años, a pasar el resto de su vida en prisión, si bien podrá solicitar la libertad condicional dentro de 20 años.
“Hasta donde sé, no ha habido ningún caso como el presente, donde un acusado haya usado las redes sociales a escala industrial para infligir un daño tan terrible y catastrófico”, dijo el juez.
La fiscalía señaló que Alexander, originario de Newry, Irlanda del Norte, fingía ser una adolescente y realizó ataques de “catfishing” contra 3.500 víctimas femeninas a las que contactó en plataformas como Snapchat.
También lea "Nos estamos quedando atrás", legisladores urgen creación de políticas públicas contra el ciberacoso en LatinoaméricaEl “catfishing” consiste en usar una identidad falsa en línea para engañar a posibles víctimas. Las autoridades dijeron que McCartney alentaba a las afectadas a enviarle fotos íntimas o a participar en actos sexuales y luego las extorsionaba, amenazándolas con compartir las imágenes.
Una niña de 12 años de Virginia Occidental se suicidó en mayo de 2018 durante una conversación en línea con McCartney en la que el hombre le exigía que realizara actos sexuales. El padre de la víctima se suicidó 18 meses después.
En opinión de la fiscalía, es la primera vez que alguien es hallado culpable de homicidio culposo en un caso donde la víctima y el perpetrador nunca estuvieron cara a cara.
“Mediante un estrecho trabajo con la policía, el equipo de la fiscalía pudo establecer, según los estándares penales, que las acciones de McCartney provocaron la muerte de la menor y que tiene un caso de homicidio culposo en su contra”, señaló Catherine Kieran, directora interina de la Unidad de Delitos Graves de la Fiscalía Pública de Irlanda del Norte.
La policía ha identificado víctimas en 30 países, entre ellos, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
McCartney, que cometió sus delitos desde la recámara de la casa de su infancia, se declaró culpable de 185 cargos relacionados con 70 menores, incluyendo el de homicidio culposo.
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