Daniel Ceballos es oriundo del occidental estado Táchira, uno de los más golpeados por los apagones y el racionamiento de agua en Venezuela. Es esa la región donde se registraron las primeras manifestaciones que dieron pie a una ola de protestas antigubernamentales en todo el país, en 2014.
El estallido comenzó en San Cristóbal, ciudad ubicada a 56 kilómetros de la frontera con Colombia, de la que entonces Ceballos era alcalde. Por aquellos días, el chavismo le acusaba de haber incitado a esas movilizaciones callejeras.
“Si el alcalde de San Cristóbal tiene que ir preso y si así lo ordena la Fiscalía, preso irá, y yo no estoy jugando, que lo sepa Daniel Ceballos”, le amenazó el presidente Nicolás Maduro en marzo de ese año. Apenas días después de estas palabras, Ceballos fue detenido por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), en Caracas, señalado de “rebelión”. La acusación lo llevaría a pasar cuatro años y medio en diferentes cárceles del país, hasta que, en 2018, fue liberado gracias a una amnistía.
Hoy, con 40 años, Ceballos es uno de los 9 candidatos que se enfrentarán al actual mandatario Nicolás Maduro en las presidenciales del 28 de julio. El más joven de ellos.
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Sin embargo, asegura a VOA que esto no lo aparta de su objetivo: promover una “unidad con propósito que va más allá de la unidad electoral”, donde se privilegie mejorar el ingreso del venezolano, garantizar la seguridad social de jubilados y pensionados, se elimine la reelección indefinida para todos los cargos, se otorgue una amnistía general a los presos políticos y se ponga fin a las inhabilitaciones políticas. Un pacto, dice, muy similar a lo que proponen los presidentes de Colombia, Gustavo Petro y de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva. Un acuerdo, señala, “con el que permitamos un proceso de romper la rueda de la venganza”.
VOA: ¿Cómo se puede avanzar a una unidad con propósito si no gana ninguno de los candidatos opositores o que dicen adversar a Maduro?
Daniel Ceballos: La propuesta incluye al presidente y candidato Nicolás Maduro, porque uno de los conflictos que evita es el que está planteado en la polarización gobierno - oposición. La propensión a esta polarización está frente a nosotros. Estamos de nuevo en medio de un choque de trenes. El Gobierno queriéndose quedar con una propuesta de continuismo y la oposición, liderada por María Corina Machado, planteando una transición; pero esta transición está planteada desde el sector más radical y esto significa también conflicto. Quedarse es conflicto y permitir una transición sería un conflicto. ¿Cómo construir un compromiso de ambos sectores para que cualquiera que gane pueda permitir destrancar el juego? Ese es nuestro proyecto y nuestra propuesta. Y suena algo utópico plantear una tercera vía, pero este pacto es una alternativa que permitiría trascender, transformar a Venezuela. No sería la limitación de permanecer en el poder que plantea el Gobierno, ni sería la transición hacia un conflicto que plantea la oposición.
VOA: ¿Usted descarta, por ejemplo, el poder hacer alianzas electorales no solo con el candidato unitario Edmundo González Urrutia, sino también con los otros que se presentan como una tercera vía y que no quieren estar con María Corina Machado?
DC: La primera tarea que estamos haciendo es lograr que este acuerdo sea discutido. El candidato Edmundo González es un candidato reciente, pero ahora que goza de un apoyo para ser candidato y llegar hasta la elección del 28 de julio como candidato de esta alianza de partidos, nosotros queremos discutir con él este proyecto. De eso se trata el ejercicio de una unidad mayor que permita comprometerlo a él para que tenga un acuerdo con todos los que estamos acá y con la gente. Y esto pasa igual con Maduro. Nosotros buscamos que Maduro también acuerde esto, porque él también es un candidato con posibilidades de ganar. Nosotros creemos que podemos unificar al país, transformar al país. Es difícil llegar, pero estamos haciendo un esfuerzo para llegar al corazón de estos venezolanos que hoy aspiran a algo más que un nuevo conflicto.
VOA: Usted fue encarcelado por convocar a movilizaciones en 2014, estuvo inhabilitado diez años políticamente y formaba parte del partido Voluntad Popular (VP), uno de los partidos con más exiliados políticos. Hay quienes, en ese mismo partido, piensan que usted puede estar jugando a favor del Gobierno con esta tercera vía. ¿Qué les dice?
DC: Que este es un camino que hemos recorrido juntos y todos tenemos una posibilidad de crecer en ese camino. Volver por ese camino, para mí, sería ir hacia atrás, por un sendero ya agotado, por un callejón que llevó a un punto ciego.
VOA: ¿Ese camino se refiere a las protestas?
DC: Yo no quiero descartar que la sociedad tenga derecho a protestar. El miércoles los trabajadores se manifestaban abiertamente en contra de un salario miserable, indigno, inhumano. Pero no me refiero a ese modelo. Me refiero al modelo para cambiar la situación y poder transformar a Venezuela. Considero que la violencia, la abstención o esperar una explosión social, un golpe militar o una invasión de un país extranjero; todo esto que se ha manejado durante 25 años, en mi opinión, ha sido trascendido. Y yo viví la cárcel, estuve casi cinco años preso, pasé diez años inhabilitado. Aquellos que dicen que yo estoy tratando de ayudar al gobierno, yo quiero decirles que yo estoy buscando ayudar a la gente, al país, a los venezolanos.
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VOA: ¿No pensaría que puede ser usted útil para la causa de la Plataforma Unitaria de oposición? ¿o está totalmente descartado?
DC: Puede ser que yo hoy no encabece las encuestas, eso es verdad, pero eso no le quita mérito a hacer un esfuerzo para construir una alternativa a esos dos polos enfrentados, que incluso, tome en cuenta a esos dos polos enfrentados. Y usted dirá: ¿cómo va a tomar en cuenta usted a Maduro? Bueno, precisamente de eso se trata reconstruir a Venezuela, porque la propuesta de que las personas que están en el poder, salgan del poder, es un proceso que va a requerir de mucho diálogo, entendimiento y una gran prudencia. Va a requerir de un esfuerzo que todos tendremos que hacer, de tragarnos el sapo. Y yo, por ejemplo, que estuve en la cárcel, estoy dispuesto a hacerlo. Yo estoy dispuesto a abrazar a ese carcelero que estuvo allí poniendo un candado a mi celda. He renunciado a vengarme, porque no me va a llevar a ninguna parte.
VOA: ¿Qué aprendió de la cárcel?
DC: Aprendí a estar conmigo, que es algo que uno no hace frecuentemente. Comprendí que la realidad no es como yo soy, sino como es. Yo comprendí que quienes estaban frente a mí como carceleros, detrás de ese uniforme había un ser humano. Y ese ser humano tiene las mismas necesidades y aspiraciones que tengo yo. No debemos esperar al 28 de julio para empezar a reconciliar a Venezuela.
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