El presidente de Nicaragua escaló su confrontación con el papa Francisco y la Iglesia Católica, luego de describirla como una dictadura por considerar que el sumo pontífice y los cardenales son impuestos como líderes religiosos.
“Es una dictadura, la dictadura perfecta, es una tiranía, la tiranía perfecta”, dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega durante un acto público donde conmemoró el 43 aniversario de la Policía Nacional.
Según el líder de izquierda, la Iglesia Católica que dirige el Papa Francisco, estuvo al frente en Nicaragua de un supuesto golpe de Estado contra su gobierno durante los días más violentos del conflicto sociopolítico del año 2018. En ese momento los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua eran los mediadores de un diálogo en el país.
"Una institución como la Iglesia Católica utilizando a sus obispos aquí en Nicaragua para dar un golpe de Estado", expresó Ortega, quien denunció que supuestamente “algunos obispos (estaban) llamando a la gente a que me metieran plomo, que ¿qué esperaban para matarme?”.
El jefe de Estado, quien está en el poder desde el año 2007 argumentó que el sumo pontífice no fue electo bajo un sistema democrático. "¿Quién elige al papa? ¿A los cardenales? ¿Cuántos votos? ¿Quién se los da?"
Analistas interpretan la reacción de Daniel Ortega como una respuesta al diálogo que el papa Francisco intentó sostener en Nicaragua con el fin de lograr la excarcelación de 11 religiosos, incluido el obispo de Matagalpa y miembro de la Conferencia Episcopal, Rolando Álvarez.
“Él no está ahorita en ninguna disposición de buscar una salida negociada a la crisis del país, es más, él no mira crisis”, explicó el exdiputado y analista político Eliseo Núñez.
Durante el acto público realizado este miércoles, el mandatario también hizo señalamientos contra el Subsecretario de Estado para Asuntos del hemisferio occidental, Brian Nichols, quien ha pedido la libertad de los presos políticos y ha anunciado más presiones contra Managua.
“Ladra contra Cuba, ladra contra Venezuela, ladra contra Nicaragua, a eso lo han puesto”, vociferó Ortega en referencia al funcionario más importante de Estados Unidos para América Latina.
El ex legislador Núñez ve los calificativos de Ortega como una muestra del desinterés de dialogar con Estados Unidos. “Vemos que Ortega solo pretende aislarse más”.
Con la postura de Ortega crece la desesperanza en la ciudadanía nicaragüense que demanda una salida a la crisis sociopolítica que lleva más de 4 años y que según organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dejado más de 300 muertos, más de 200.000 exiliados y más de 200 opositores presos.