La Defensoría del Pueblo de Colombia alertó este jueves sobre la difícil situación en la que se encuentran cientos de familias migrantes que viven en las calles de cinco localidades costeras del departamento de Antioquia (noreste), porque no cuentan con los recursos económicos para seguir su travesía por la peligrosa selva del Tapón del Darién.
En las localidades colombianas de Apartadó, Chigorodó, Carepa, Turbo y Necoclí “pudimos verificar las condiciones en que viven estos migrantes, sin atención en salud, alimentación adecuada, acceso al agua potable y viviendo a la intemperie”, dijo el organismo defensor de los derechos humanos en Colombia, que le pidió al gobierno colombiano agilizar la apertura del Centro de Atención Fronterizo (CAF) en el municipio de Necoclí, que recibe el mayor número de migrantes.
Sobre la peligrosa ruta migratoria por el Tapón del Darién desde Colombia hacia Panamá, en el desarrollo de la Asamblea General 78 de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y de Panamá, Laurentino Cortizo, anunciaron un acuerdo para trabajar por una migración “ordenada y segura” entre los dos países.
En lo corrido del año han cruzado por esa frontera natural, que une a Colombia y Panamá, más de 380.000 migrantes. De ellos, el 59 % son venezolanos; el 13 %, ecuatorianos; el 11 %, haitianos; el 3 %, colombianos; los restantes, personas de variadas naciones, según la Defensoría de Colombia, que se basa en datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
“No es fácil dormir en la calle, pasar frío, dormir en el piso, pero no importa, siempre hay un Dios que mira para abajo y ayuda a los más necesitados”, dijo Engler Manuel Pérez, migrante venezolano.
“Bueno, yo al gobierno panameño le digo que nos dé la oportunidad a la mayoría de venezolanos, ya que estamos pasando una necesidad económica, social y política en nuestro país y no tenemos como devolvernos”, mencionó Luis Martínez, migrante venezolano, en referencia a las medidas que anunció el gobierno panameño de recortar a 15 los días de estadía a los que lleguen al país.
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La Defensoría de Colombia, también exhortó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), responsable de la atención de la niñez en el país, a priorizar la atención para las niñas, niños y adolescentes migrantes, en particular de los menores que viajan sin acompañantes.
“No tiene sentido imponer restricciones adicionales a las ya difíciles condiciones de la travesía por la selva del Darién. Esto generaría incentivos para que los migrantes busquen rutas más peligrosas. Esta migración no se va a detener hasta tanto no mejoren las condiciones socioeconómicas en los países de origen de la migración”, indicó el defensor del pueblo colombiano, Carlos Camargo Assis.
En días recientes, las autoridades del departamento de Antioquia, anunciaron que en estas cinco poblaciones son más de 5.000 los migrantes que se encuentran varados porque se quedaron sin recursos económicos para continuar su ruta hacia Estados Unidos.
Según Naciones Unidas, de continuar con este patrón migratorio, en 2023 podrían pasar por el Tapón del Darién unas 400.000 personas con destino a Norteamérica.