La crisis económica, política y social que atraviesa Venezuela no es solo señalada y percibida por la oposición o la comunidad internacional. También ha hecho eco dentro de las propias filas del chavismo y esto se evidencia dentro de la opositora Asamblea Nacional (AN).
“Hay un abandono total del sector educativo, del sector salud, del sector publico, del sector privado. Todo. Todo esta abandonado totalmente por este gobierno”, afirmó a la Voz de América, Sandra Castillo Pérez, una de las diputadas que más recientemente ha contribuido al cambio en la balanza al incorporarse a la AN este mismo mes.
Castillo estuvo en el partido Patria Para Todos (PPT), uno de los partidos del Gran Polo Patriótico, el paraguas que arropa a todos los partidos afectos al oficialismo en el país, pero desde 2017 milita en Nueva Visión para mi País (Nuvipa).
Esta educadora de profesión fue elegida como una de las suplente del actual gobernador del estado que representa, Portuguesa, región centroccidental del país. Decidió juramentarse amparada en el artículo 191 de la Constitución, que establece que los parlamentarios no tendrán su investidura si tienen otros cargos públicos.
“Yo apoye al presidente (Hugo) Chavez en aquel tiempo, y cuando comencé a ver que el país estaba retrocediendo, en vez de avanzar, yo decidí desvincularme del PPT”, explicó Castillo a la VOA.
Desde hace dos años, al menos siete diputados que se identifican con el oficialismo se han juramentado amparados por algún partido opositor, argumentando que la corrupción y la falta de respuestas a problemas cotidianos no corresponden con el modelo de gobierno que apoyaron.
La parlamentaria expresó que, en vez de sentirse de oposición u oficialismo, “soy de Venezuela”. No obstante, aclara que al juramentarse en la AN, expresa su completo respaldo a las medidas que ha tomado.
“Venezuela clama por un nuevo gobierno (...) Venezuela está clamando por un cambio”, indicó, añadiendo que este cambio debería ser a través de elecciones con un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE).
En 2015, cuando fue electo el actual parlamento, la oposición consiguió la mayoría calificada, equivalente a los dos tercios de la cámara; es decir, 112 diputados. Mientras que el oficialismo obtuvo 55. Después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) calificara a la AN en “desacato” en 2016, los parlamentarios oficialistas abandonaron el espacio.
Todo esto cambió en septiembre de este año, cuando la bancada oficialista se reincorporó al parlamento, en cumplimiento de un acuerdo suscrito entre el gobierno en disputa de Nicolás Maduro con un grupo de partidos opositores minoritarios.
Sin embargo, al llegar estos diputados se encontraron con un cambio aún mayor en la co-relación de fuerzas pues Castillo no fue la única de sus compañeras en dar el salto este año.
Arkiely Perfecto pertenecía a uno de los movimientos más radicales del chavismo, el partido Túpamaro, pero ahora milita en el Movimiento Democracia e Inclusión (MDI). Decidió juramentarse a finales de enero, pero su incorporación al parlamento no pasó desapercibida.
Perfecto denunció días después que funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) llegaron a la casa de su mamá en Barlovento, estado Miranda, aproximadamente a una hora de Caracas y estado al que representa, preguntando por la diputada “salta talaquera y guarimbera”.
También lea Venezuela: Legisladora oficialista denuncia persecución contra su familiaAseguró a la VOA que su tiempo en la oposición le ha permitido apreciar una realidad muy distinta a la que dibujaban en el chavismo, por lo que tiene “la conciencia tranquila de que di el paso correcto y que estoy del lado de los buenos”.
Esta parlamentaria explica que, si bien ya tenía reservas por las decisiones que se tomaban en el partido, fueron sus propios electores, tradicionalmente chavistas, la que la hicieron reflexionar y alzar su voz por la realidad que vive la comunidad y el país.
“El hambre, la miseria y todo lo que ha venido arropando a Venezuela. Una Venezuela que desconocemos porque sabemos que estamos en un país rico pero en manos de personas que, a través de la corrupción, lo han sumergido en una crisis tanto económica como alimentaria”, afirmó.
Al igual que Castillo, no se siente de oposición o del oficialismo, sino una venezolana más que sufre los embates de las crisis. Afirmó que ella y sus colegas simplemente se pusieron “del lado de la razón” debido a lo evidente de la situación que atraviesa el país.
Este rechazo al oficialismo en el parlamento inició en agosto 2017, con la incorporación de los diputados Eustoquio Contreras y Germán Ferrer, este último esposo de la fiscal general en el exilio, Luisa Ortega Díaz.
Entre los otros parlamentarios que los siguieron está Lucila Pacheco. Esta representante del estado Zulia, uno de los considerados como los más abatidos por las fallas de los servicios, se reincorpora en mayo de 2018 luego de ser elegida por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Relató a la Voz de América que su decisión nace el día que el presidente en disputa decide llamar a una Asamblea Nacional Constituyente.
A diferencia de sus otros colegas, está como independiente pues se identifica “con el pueblo, con la necesidad del pueblo”. Consideró que el ex presidente Chávez en su momento atendió al pueblo, pero lamentó que "todo eso se ha pedido (...) los valores, los derechos, en todos los sentidos”.