La empresa canadiense McCain suspendió el 20 de mayo su actividad en Argentina por no poder hacer llegar sus papas a Brasil.
Los consumidores argentinos se están empezando a acostumbrar a encontrarse con restricciones de consumo o directamente con los estantes vacíos cuando van al supermercado. Especialmente en lo que se refiere a productos de primera necesidad, cada día es más difícil llenar la cesta de la compra, según informan el diario argentino La Nación y la corresponsal en Buenos Aires del español El Mundo.
“Ayer era el aceite o la yerba mate; hoy, el arroz o el café. En las últimas semanas es cada vez más frecuente encontrar en los supermercados de Buenos Aires carteles que anuncian que, por problemas de abastecimiento de un determinado producto –casi siempre de alimentación básica- se limita a una o dos unidades por familia”. Escribe la corresponsal de El Mundo.
Las subidas de precios de yerba mate, son particularmente llamativas. No solo por lo simbólico del producto en Argentina, sino también por lo difícil que se hace consumirlo cuando los precios han llegado a casi duplicarse en solo un mes. Un kilo de mate que antes valía de $1,80 a $2,47 dólares, puede valer hoy hasta $ 20 dólares. Su precio ha sufrido una variación del 90 % en abril según informa el Ministerio de Industria.
Es fácil encontrarse con carteles en las estanterías de los supermercados que sólo permiten llevarse una botella de aceite o dos paquetes de azúcar o café por familia.
Aunque si la situación es complicada con los productos domésticos, lo es aún más con los productos de importación.
Estos están en gran medida están prohibidos por la Secretaría de Comercio Interior del Gobierno argentino. Por ejemplo informa La Nación: “En el supermercado Coto, en Floresta… para completar la góndola de productos importados, que se destaca por las banderitas de Estados Unidos, Francia e Italia, tuvieron que incluir productos nacionales como el café Sigafredo…”.
El Mundo cita al subdirector del Departamento de Economía de la Universidad de Buenos Aires, Roberto Pons, que culpa de la falta de abastecimiento a los “oligopolios productores y distribuidores”, que retienen la producción para forzar la subida de los precios.
Otros expertos, como los citados por La Nación, creen que es la política del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno la culpable de los problemas.
Moreno, aparte de una política proteccionista con limitación de las importaciones, fuerza a los comerciantes y productores a fijar los precios de acuerdo con la administración.
Esta política, es la reacción del gobierno a un ciclo inflacionista, que algunas consultoras independientes cifran en el 30 %. Sin embargo para los expertos consultados por la Nación son las medidas en sí junto con la inflación las que generan incertidumbre e impide que los comerciantes obtengan beneficios, tendiendo a generar stocks y cortando el suministro.
A nivel internacional ya ha habido consecuencias. El gobierno de Brasil, en respuesta a la política de Kirchner, ha comenzado a frenar la entrada de diversos productos argentinos en la frontera, entre ellos las papas.
La cadena canadiense de papas procesadas McCain suspendió en 20 de mayo la actividad de su planta Argentina de Balcarce al no poder hacer llegar el producto a Brasil. Según el rotativo argentino Clarín esta noticia puso en alerta a los 700 empleados directos 3.000 indirectos de McCain en Balcarce.
“Ayer era el aceite o la yerba mate; hoy, el arroz o el café. En las últimas semanas es cada vez más frecuente encontrar en los supermercados de Buenos Aires carteles que anuncian que, por problemas de abastecimiento de un determinado producto –casi siempre de alimentación básica- se limita a una o dos unidades por familia”. Escribe la corresponsal de El Mundo.
Las subidas de precios de yerba mate, son particularmente llamativas. No solo por lo simbólico del producto en Argentina, sino también por lo difícil que se hace consumirlo cuando los precios han llegado a casi duplicarse en solo un mes. Un kilo de mate que antes valía de $1,80 a $2,47 dólares, puede valer hoy hasta $ 20 dólares. Su precio ha sufrido una variación del 90 % en abril según informa el Ministerio de Industria.
Es fácil encontrarse con carteles en las estanterías de los supermercados que sólo permiten llevarse una botella de aceite o dos paquetes de azúcar o café por familia.
Aunque si la situación es complicada con los productos domésticos, lo es aún más con los productos de importación.
Estos están en gran medida están prohibidos por la Secretaría de Comercio Interior del Gobierno argentino. Por ejemplo informa La Nación: “En el supermercado Coto, en Floresta… para completar la góndola de productos importados, que se destaca por las banderitas de Estados Unidos, Francia e Italia, tuvieron que incluir productos nacionales como el café Sigafredo…”.
El Mundo cita al subdirector del Departamento de Economía de la Universidad de Buenos Aires, Roberto Pons, que culpa de la falta de abastecimiento a los “oligopolios productores y distribuidores”, que retienen la producción para forzar la subida de los precios.
Otros expertos, como los citados por La Nación, creen que es la política del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno la culpable de los problemas.
Moreno, aparte de una política proteccionista con limitación de las importaciones, fuerza a los comerciantes y productores a fijar los precios de acuerdo con la administración.
Esta política, es la reacción del gobierno a un ciclo inflacionista, que algunas consultoras independientes cifran en el 30 %. Sin embargo para los expertos consultados por la Nación son las medidas en sí junto con la inflación las que generan incertidumbre e impide que los comerciantes obtengan beneficios, tendiendo a generar stocks y cortando el suministro.
A nivel internacional ya ha habido consecuencias. El gobierno de Brasil, en respuesta a la política de Kirchner, ha comenzado a frenar la entrada de diversos productos argentinos en la frontera, entre ellos las papas.
La cadena canadiense de papas procesadas McCain suspendió en 20 de mayo la actividad de su planta Argentina de Balcarce al no poder hacer llegar el producto a Brasil. Según el rotativo argentino Clarín esta noticia puso en alerta a los 700 empleados directos 3.000 indirectos de McCain en Balcarce.