Desayuno caliente con adrenalina

  • Scott Stearns

Un 40% de personas más que hace 10 años pasan hambre, según el Departamento de Agricultura.

A las 7 am la cocina que dirige Steve Badt está lista para repartir y servir decenas de desayunos para los desamparados.

Más de 36 millones de estadounidenses pasan hambre. El Departamento de Agricultura asegura que el país ha sufrido un incremento del 40% de este dato en los últimos diez años.

Las organizaciones de caridad que se encargan de cuidar a los desamparados, han visto un severo aumento del número de personas que requieren estas ayudas en medio de las turbulencias económicas de la nación.

Steve Badt comienza temprano su jornada laboral; mientras el resto de la nación duerme, este chef prepara un desayuno en masa para más de 200 comensales.

Abandonó su restaurante en la ciudad para comenzar un máster en gestión no lucrativa siete años atrás para dar un cambio en su vida. Y lo consiguió: su clientela hoy es aquella que no tiene dónde dormir.

La Iglesia Presbiteriana del Este es el hogar de la Cocina de Miriam, que distribuye desayunos en Washington DC para los desamparados desde hace más de 25 años. Los colegas profesionales de Badt han dejado de ser expertos chefs para convertirse en más de 1.000 voluntarios cada año.

“A las 7 am abrimos la línea caliente y cada uno se pone a trabajar”, explica Badt al referirse a la frenética actividad de la cocina. “Estos chicos están rompiendo huevos, para preparar huevos revueltos. Aquí estamos haciendo galletas, y aquello es la crema para las pastas. Otros voluntario está cortando jamón y allí tenemos algunos fritos en la sartén. También hay macedonia allí. Nuestro objetivo es que a las 7 en punto todo esté preparado para salir y servir una comida caliente”.

Para los voluntarios que anotan cerca de 15.000 horas anuales, no se trata de un trabajo fácil, pero también es el motivo por el que la gente regresa. Badt tiene una lista de espera de voluntarios candidatos.

“Quería cambiar el modo en el que las cocinas operan, es decir, haciéndola funcionar con mucha más adrenalina. Me entrené en un restaurante de alta gama y en este tipo de lugares hay siempre adrenalina corriendo, hay siempre este desafío, pero como empleado de un lugar, sientes satisfacción por lo que haces, por lo que podríamos transferir esa atmósfera a esta cocina llena de voluntarios”, añade.

Cuando el desayuno está servido, el chef nos pregunta “viéndoles cada mañana y viéndoles cómo vienen a mí para decirme, 'Oh, fue una gran comida", se siente muy bien.

Los desamparados pueden buscar asesoramiento aquí y obtener ayuda para encontrar un lugar para vivir. Pero los trabajadores en el caso de la Cocina de Miriam dicen que lo que mantiene la línea de las personas sin hogar de la ciudad es el desayuno caliente de Steve Badt.