Las torrenciales lluvias que se registraron durante el fin de semana en Guatemala provocaron la muerte de por lo menos 41 personas informaron las autoridades.
El presidente Alvaro Colom dijo que oficialmente se ha informado de la desaparición de unas 40 personas y que casi 12,000 han tenido que ser alojadas en albergues. "Es una tragedia nacional” afirmó el mandatario, “es doloroso que la gente pobre sea la que pague la factura de los fenómenos naturales".
Un enorme alud de lodo y piedras sepultó a por lo menos 22 personas que ayudaba a rescatistas a buscar sobrevivientes de otro deslave en la carretera Interamericana a unos 170 kilómetros de la capital, donde quedó un primer alud había sepultado un autobús.
El portavoz del cuerpo de bomberos Sergio Vásquez dijo que "en un bus se cayó un paredón y la gente se organizó, alrededor de 100 personas, para rescatar los cadáveres. Pero luego vino otro deslave y los sepultó".
La tragedia se produjo en el poblado de Cumbre de Alaska, al noroeste de Ciudad de Guatemala. Los trabajos de rescate tuvieron que ser interrumpidos debido a que había vuelto a llover y los meteorólogos pronostican más lluvias.