Las autoridades chilenas responsabilizaron al suboficial del cuerpo de Carabineros de disparar contra el joven de 16 años que perdió la vida en la manifestación por la Educación el viernes pasado en Chile. "El suboficial jefe de la patrulla tomó la decisión de hacer uso de su armamento de servicio, una pistola Uzi 9 milímetros, en dos ocasiones", relató el general de Carabineros, José Luis Ortega.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, anunció que había solicitado la renuncia del general Sergio Gajardo, jefe metropolitano de Carabineros, y de cinco policías, tras negar inicialmente su implicación en los altercados con las multitudes que se pronunciaban en las calles.
"Estimamos que (Gajardo) obró de modo apresurado y prematuro al descartar una investigación que aparecía como aconsejable y necesaria", explicó Hinzpeter, según informan las agencias.
La familia del menor acusó a los agentes policiales de disparar contra su hijo. Sin embargo, Ortega explicó que el policía respondió con disparos al aire al creer que los manifestantes les estaban apuntando. "Aquí nosotros no estamos atribuyendo la responsabilidad al suboficial que hizo uso de su arma de servicio. La responsabilidad de los hechos la tendrán que establecer científicamente los peritajes que se van a realizar", agregó.
El suboficial destituido intentó ocultar que había empleado el arma limpiándola después de haberla usado y utilizó sus propias balas cuando se le terminaron las que portaba del cuerpo de carabineros, hecho por el que ya había sido sancionado.
"Si es que se comprueba la tesis de que hay un funcionario de carabineros que pueda haber tenido participación en estos hechos, tendrá que responder ante la ley, ante la justicia, con todo el rigor que las normas legales llevan implícitas", dijo el ministro del Interior en una declaración.
"Sería inaceptable que un carabinero se separe de lo que son las normas profesionales con que ellos deben actuar y puedan causarle la muerte a un compatriota, pero no corresponde adelantar juicios", agregó Hinzpeter.
El altercado se produjo durante la segunda jornada de protestas convocadas por la mayor central sindical del país, a la que se adhirieron estudiantes que exigen una educación gratuita y de calidad desde hace tres meses.
El paro se saldó con más de 1.400 detenidos, 200 heridos y el menor fallecido.