El presidente de los Estados Unidos Donald Trump está de regreso en su país tras participar el viernes en el Desfile por el Día de la Bastilla, en París, como invitado de honor del presidente francés Emmanuel Macron.
La celebración incluyó bandas militares, vuelos de aviones de combate estadounidenses y un desfile de más de dos horas para conmemorar el centenario de la entrada de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
La bandera estadounidense ondeó junto a la bandera francesa en los famosos Campos Elíseos de París, donde tropas estadounidenses marcharon en un desfile con miles de soldados franceses, tanques, lanzadores de misiles y vehículos blindados de transporte de personal.
Más de 3.500 policías tomaron posiciones a lo largo de la ruta del desfile como protección contra posibles ataques terroristas.
"También hemos encontrado aliados seguros, amigos, que vinieron a ayudarnos", dijo Macron. "Los Estados Unidos de América están entre ellos, por eso nada nos separará nunca, la presencia del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa es el signo de una amistad que perdura con el tiempo".
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Las celebraciones en París tuvieron lugar un año después de que un ataque con un camión en la ciudad mediterránea de Niza mató a 86 personas. El grupo del Estado Islámico se atribuyó responsabilidad.
El contraterrorismo fue un punto central cuando Trump se reunió con Macron un día antes, en una agenda que estaba marcada por diferencias, incluso en temas de cambio climático y comercio.
Al final de la visita, Trump y Macron y sus respectivas esposas caminaron juntos y al despedirse Macron estrechó firmemente la mano de Trump durante varios segundos - en lo que parece haberse convertido convertirse en una tradición para los dos líderes.
La pareja presidencial estadounidense se dirigió luego en una caravana hasta el aeropuerto de Orly, donde abordó a Air Force One para el vuelo de retorno a su país.
Los Trump llegaron al aeropuerto internacional Newark Liberty en Nueva Jersey alrededor de las 2:44 de la tarde del viernes, y se dirigieron directamente en una caravana hasta el Trump National Golf Club, en Bedminster, donde se realiza el torneo abierto femenino de tenis de Estados Unidos.
Más temprano, el mandatario había escrito en Twitter un mensaje indicando que planeaba asistir "al más importante torneo" de tenis femenino.