El organismo hemisférico realizó una mesa redonda sobre políticas y esfuerzos para erradicar la condena a pena capital.
“¿Cuánto tiempo falta para la abolición universal de la pena de muerte?”, fue la pregunta central de una mesa redonda realizada ente jueves en la Organización de los Estados Americanos (OEA) para tratar políticas contra esta práctica.
El evento, en conmemoración del Día Mundial contra la Pena de Muerte, fue organizado por la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la Organización y la Misión Observadora Permanente de Francia ante el organismo hemisférico.
“Desde 2007 la Asamblea General de Naciones Unidas aprueba todos los años una resolución sobre una moratoria del uso de la pena de muerte, y varios países han suspendido las ejecuciones, lo que constituye un primer paso hacia una abolición de la pena capital”, dijo en el evento el secretario de Relaciones Externas de la OEA, Alfonso Quiñonez, resaltando que “la pena capital se sigue practicando en más de cincuenta países”.
Quiñonez recordó que la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre consagra el “derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona”. Asimismo, dijo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos “adopta las disposiciones requeridas para limitar definitivamente” la aplicación de la pena de muerte.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Emilio Álvarez Icaza, destacó que “la pena de muerte es el límite, es el extremo del uso de la fuerza por parte del Estado”.
El organismo hemisférico se ratificó en que continuará reforzando sus esfuerzos para defender los valores en pro de “otorgar dignidad a la condición humana”.
El evento, en conmemoración del Día Mundial contra la Pena de Muerte, fue organizado por la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la Organización y la Misión Observadora Permanente de Francia ante el organismo hemisférico.
“Desde 2007 la Asamblea General de Naciones Unidas aprueba todos los años una resolución sobre una moratoria del uso de la pena de muerte, y varios países han suspendido las ejecuciones, lo que constituye un primer paso hacia una abolición de la pena capital”, dijo en el evento el secretario de Relaciones Externas de la OEA, Alfonso Quiñonez, resaltando que “la pena capital se sigue practicando en más de cincuenta países”.
Quiñonez recordó que la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre consagra el “derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona”. Asimismo, dijo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos “adopta las disposiciones requeridas para limitar definitivamente” la aplicación de la pena de muerte.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Emilio Álvarez Icaza, destacó que “la pena de muerte es el límite, es el extremo del uso de la fuerza por parte del Estado”.
El organismo hemisférico se ratificó en que continuará reforzando sus esfuerzos para defender los valores en pro de “otorgar dignidad a la condición humana”.