Numerosas empresas multinacionales sufrieron importantes reveses bursátiles el lunes luego que el presidente estadounidense Donald Trump amenazara con imponer más aranceles a productos chinos, agravando las probabilidades de una guerra comercial que podría generar precios más altos para el consumidor.
Las tensiones podrían afectar a todo el que compre un refrigerador, un automóvil, un iPhone o cualquier producto que dependa de un chip electrónico. Es posible que las empresas que importan materiales de China le pasen el incremento al consumidor, o tal vez no lo hagan, pero con seguridad harán algo para compensar por sus mayores costos, quizás incluso eliminando empleos.
Goldman Sachs duplicó las probabilidades de que Estados Unidos impondrá aranceles a las importaciones de vehículos este año y disminuyó su pronóstico de que habrá un nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
El domingo, el presidente Trump tuiteó que a partir del viernes incrementaría del 10% al 25% los aranceles sobre 200.000 millones de dólares en productos chinos. Eso encima de los aranceles de 25% ya impuestos sobre 50.000 millones de dólares a productos chinos. Beijing ha impuesto penalidades sobre 110.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
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