El tiempo se está acabando para evitar una calamidad económica en Estados Unidos: el presidente Joe Biden y los republicanos del Congreso están aún muy lejos de encontrar terreno común sobre el aumento del techo de la deuda nacional, mientras el escenario de un impago el 1 de junio se acerca cada día más.
Janet Yellen, secretaría del Tesoro de EEUU, advirtió durante el fin de semana: “Es el trabajo del Congreso hacer esto. Si no lo hacen, tendremos una catástrofe económica y financiera que será obra nuestra. Y no hay ninguna acción que el presidente Biden y el Tesoro de EEUU puedan tomar para evitar esa catástrofe".
El presidente Biden está listo para dar la bienvenida al presidente Kevin McCarthy y a otros importantes líderes del Congreso a la Casa Blanca el martes para una ronda crucial de discusiones.
Los republicanos no quieren aumentar el techo sin obtener cortes a los gastos públicos, mientras el mandatario no quiere ninguna precondición, como se hizo en aumentos pasados.
Karine Jean-Pierre, Vocera de la Casa Blanca, dijo el lunes: “No debería haber negociaciones sobre el límite de la deuda. Esto es algo que deberían meter en agenda y ponerse a trabajar. No deberíamos permitir que nuestros republicanos de la Cámara fabriquen una crisis en algo que se ha hecho 78 veces desde 1960. Este es su deber constitucional. El Congreso debe actuar. Eso es lo que el presidente va a dejar muy claro con los líderes mañana”.
No se espera que la reunión produzca un acuerdo final. Incluso pequeños puntos de consenso bipartidista podrían ser difíciles de conseguir.
James Lankford, senador republicano de Oklahoma, dijo: “Todo el mundo sabe que hay áreas de desperdicio en el gobierno. De hecho, deberíamos sentarnos y poder hablar sobre eso y decir: '¿Cuáles son las prioridades? ¿Cómo vamos a gastar en esas prioridades y para asegurarnos de que nos estamos realineando?”.
Estados Unidos nunca ha incurrido en impago. Tal escenario podría tener tremendas repercusiones no solo en el país, sino en la economía mundial.