La República Dominicana reabrió parcialmente su frontera con Haití el miércoles para permitir actividad comercial limitada casi un mes después de cerrarla debido a un diferendo aún vigente sobre la construcción de un canal que derivaría agua de un río compartido.
Se permite a comerciantes en ciudades fronterizas dominicanas vender alimentos, medicamentos y otros productos básicos, pero sigue prohibida la exportación de productos electrónicos y materiales para la construcción, tales como cemento y varillas metálicas.
El miércoles fue el primer día desde el 15 de septiembre que se reabrió parcialmente la frontera, pero el presidente dominicano Luis Abinader mantuvo la prohibición de otorgar visas a ciudadanos haitianos que decretó el mes pasado y mantendrá la frontera cerrada a todos los migrantes, sea con fines de trabajo, turismo, salud o educación.
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Se abrieron las puertas en la ciudad fronteriza dominicana de Dajabón, pero las del lado haitiano permanecían cerradas, sin que se supiera por qué. Decenas de camiones y contenedores llenos de mercadería formaban fila en las cercanías.
Un incendio en la madrugada en el mercado principal de Dajabón destruyó decenas de puestos y demoró la reapertura de la frontera. Las autoridades dijeron que investigaban las causas.
La crisis diplomática actual deriva de la construcción de un canal del lado haitiano que derivaría agua del río Masacre, que forma la frontera entre los dos países en la isla de La Española. El río se llama así debido a una sangrienta batalla entre colonizadores franceses y españoles en el siglo XVIII.
El gobierno haitiano ha dicho que los agricultores necesitan con urgencia el agua debido a una prolongada sequía que ha arruinado las cosechas en la llanura cercana de Maribaroux.
También lea Líderes de Iberoamérica reunidos en Dominicana piden pacificar Haití para activar plan de ayudaAbinader dice que la construcción del canal viola un tratado de 1929, desvía agua que necesitan los agricultores dominicanos y afecta los humedales de la zona.
Poco después de iniciado el diferendo, Abinader ordenó reactivar un canal cercano para recoger agua antes de que el río entre en territorio haitiano.
El lunes, el gobierno haitiano dijo en un comunicado que el intento de desviar agua del río Masacre para “privar de ella a los haitianos” es “inaceptable y hostil”. La declaración destacó la necesidad del diálogo y dijo que el único desenlace aceptable era compartir los recursos de manera igualitaria, normalizar las relaciones bilaterales y regresar a la libertad de movimiento de personas y bienes.
“Este proyecto desató un movimiento de unidad nacional bastante excepcional que quizás no era lo que esperaba Abinader”, dijo Diego Da Rin, del International Crisis Group. “El canal se ha convertido en un punto de honor casi que histórico. Los haitianos quieren dejar claro que son una nación que no se van a dejar humillar por su vecino”.
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