Asesora de la Casa Blanca: Trump tiene "plena fe" en John Kelly

Kellyanne Conway, asesora del presidente Donald Trump, dice que el mandatario tiene total confianza en el jefe de personal, John Kelly.

Una asesora del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió el manejo de las acusaciones de que un exsecretario de la Casa Blanca abusó físicamente a sus exesposas.

La asesora presidencial Kellyanne Conway dijo a CNN el domingo que "está muy claro" que Rob Porter, quien ayudó a supervisar el trabajo administrativo y documentos enviados al presidente y ayudó a redactar el discurso del Estado de la Unión, "hizo lo correcto" al renunciar después de que sus dos exesposas ofrecieran evidencias de que las golpeó durante sus respectivos matrimonios.

El funcionario de la Casa Blanca Rob Porter (izquierda) ayudaba a supervisar los documentos enviado al presidente Donald Trump.

Pero Conway rechazó numerosos informes de prensa de que el jefe de personal John Kelly y el abogado de la Casa Blanca Donald McGahn sabían sobre las acusaciones desde hace meses por los controles de seguridad del FBI, pero no actuaron para despedirlo. Porter no pudo obtener un permiso de seguridad permanente debido a las acusaciones, pero continuó manteniendo su trabajo bajo una autorización provisional.

Conway dijo que no estaba al tanto de las investigaciones de seguridad del FBI, pero dijo que no tenía "ninguna razón para no creerles a las mujeres". Agregó que estaba "horrorizada, muy conmocionada" tras enterarse de las acusaciones en contra de Porter debido a sus relaciones altamente profesionales con él dentro de la Casa Blanca.

Un segundo ayudante de la Casa Blanca, el redactor de discursos David Sorenson, también renunció abruptamente el viernes después de que su exesposa afirmara que fue violento y emocionalmente abusivo durante su matrimonio. Sorenson niega rotundamente los cargos, alegando que fue él quien fue abusado.

Colbie Holderness, la primera de las dos exesposas de Porter, divulgó una foto ampliamente publicada de ella con un ojo morado que dijo haber sido el resultado de un puñetazo que le propinó Porter en la cara durante unas vacaciones en Italia en 2005.

La segunda esposa de Porter, Jennifer Willoughby, obtuvo una orden de restricción contra él en 2010. Porter fue un ayudante clave de Kelly, quien supuestamente le dijo a Trump que estaría dispuesto a renunciar por las consecuencias del manejo de la investigación de seguridad de Porter.

El jefe de personal de la Casa Blanca, John Kelly, habría dicho al presidente Donald Trump que estaría dispuesto a renunciar por la forma en que se manejó la investigación de seguridad de Rob Porter.

Pero Conway indicó que el presidente le aseguró antes de su entrevista televisiva que tiene "plena fe" en el desempeño de Kelly en la Casa Blanca y que "no estaba buscando activamente reemplazarlo". Conway citó a Trump diciendo que Kelly estaba "haciendo un gran trabajo".